Quiero escribir y olvidar, olvidar y escribir y recobrar la memoria para volver a olvidar.

Es un trabajo forzoso, forzado, forzudo.

Tozudo y cabrón.

Carbonilla, ceniza, cenizo.

Quiero olvidar y escribir que olvidé, eso es recordar.

Rememorar entre estas líneas, mi pedazo de cielo que fue mío, y solo mío.

Es la única manera que se me ocurre ahora para no dejar escurrir lo que no ocurrió.

El caribe está lejos, el invierno quedó atrás, descubierta en el frío me quedé.

Entre estas líneas sigues vivo, no te busco, te vivo desde mí porque eso es lo único que se puede hacer.

Con mil fantasías por banda, el dolor pasa mejor, a veces no pasa nada.

Entierro el hacha de guerra, no de guarra.

Dejo un poco de sufrir mientras escribo sinsentidos.

Este también es mi refugio.

Duele mal, me dicen que para bien.

Seguramente así sea, mas ahora simplemente duele mío.

Mialgia, miodinia. A veces me recuesto porque me recuesta levantarme.

Así debe ser, estar jodido de vez en cuando también es vivir.

Embriaguez sin gota alguna de alcohol.

Tú sabes bien lo que has hecho, lo sabes, no eres ningún idiota.

Simplemente no te importó y está bien que así sea.

Me tengo que plantear cómo me dejé hacer y tampoco me importó.

No habrá otra como yo, ni como tú, somos versiones, remakes, covers.

Duele aunque cada vez menos.

Hoy no, mañana ya se verá.

Es quizás una enfermedad perenne esta del alma bien arraigada a las tripas.

Esto se siente como tres décadas atrás.

Parece mentira, porque seguro que lo es.

Nada ha evolucionado, lo está haciendo ahora.

Somos niños y niñas jugando a ser adultos.

Indulto por la gracia y el humor divino.

Las horas pasan y aquí no corre la sangre.

¿Puede alguien exorcisar esta posesión?

¿Poseidón decís?

Para que me ahogue junto a la posidonia.

No gracias, ya me ahogo en seco.