Los duendes traviesos: Visita nocturna de Muaskas el duende de los besos con sabor a fresa.

«Creo que la esencia de la vida consiste en ser fiel a lo que uno cree su destino»
– Ernesto Sabato –

Tengo un imán para las criaturas singulares, particulares, especiales y de fantasía. En los últimos tiempos he sido espectadora de sincronicidades improbables, como si el más allá me obligara a mirar en una dirección a pesar de haberme forzado a desviar la mirada. Los hechos más absurdos se materializan, lo más extraño ocurre y la magia se columpia a sus anchas por las enredaderas de mi casi no hogar.

Sin ir más lejos, ayer mismo, apareció Muaskas el duende de los besos con sabor a fresa. A la hora de las brujas, cuando un día pasa a ser el siguiente, se me apareció mi amigo deseándome un «Feliz cumpleaños» o un «Cumpleaños Feliz», no teníamos clara la fórmula correcta, pues ni él ni yo éramos duchos en tales menesteres. Le dije que pensaba que «felicidades» era una apuesta segura y que, de todas maneras, me diera un beso, que no me importaba el protocolo, que esas cosas de la gente a nosotros no nos afectaban porque estábamos fuera del tiempo y del lugar. Éramos dos acrónicos desubicados repantigados en la eternidad, siempre existiríamos. La cortesía era innecesaria.

Muaskas me dio todos los besos que le pedí y un momento se convirtió en infinitud, como siempre que me visita. También me dejó chuparlo, a mí me sabe a nube, a gominola de fresa. Le hinqué el diente y era tierno y dulce. Se convirtió en pastel de tres chocolates, ese que lleva una galletita en miniatura para decorar la superficie. Ambos comimos de él y devoramos el momento con frugalidad y pasión. Nos gustan los dulces. Me muero por sus «huesitos» con leche de chocolate, un helado en el que mojar churros y gominolas de sandía. A veces tomamos limonada con limones recién exprimidos y comemos palomitas saladas mientras vemos una película mala de alguna saga épicamente aburrida que Muaskas ha elegido (porque tiene un pésimo gusto para el cine).

Nos nutrimos de nuestros cuentos y de las historias al viento, pues Muaskas tiene una prolífica y magnífica imaginación y es capaz de inventar toda suerte de hazañas venidas a más cuando antes fueran estas despreciadas por los hombres. Me homenajea con algún cuento sobre señores mayores y sus nietecitas que van a la iglesia a rezar cada domingo. Me habla de lo que hace en sus noches en vela y entonamos una canción no lo suficientemente cantada, «el vaivén del polo de limón» que nos gusta por igual.

Creo que se ha convertido en mi mejor amigo, aquel en el que se piensa cuando sube una bocanada de alegría o cuando la tristeza invade la esperanza. Aquel cuyo abrazo puede cambiar el decurso del día o bien sencillamente la sonrisa aparece como un rayo de luz en la tempestad. Muaskas huele a fresa y a veces sabe a hiel, especialmente cuando no se sabe si va o viene o si él mismo se esconde por razones que no quiere compartir. Aun así, cuando somos amigos, lo somos mucho y lo pasamos genial haciendo nada.

-Piensas demasiado en mí

-Me gusta pensar en ti, me pone contenta, a mí me gustaría que alguien pensara tanto en mí, me sentiría bien

-Bueno, hay alguien que piensa en ti pero no te voy a decir quién.

-¡Ya sé quien es!

-Felicidades pequeñaja, eres diminuta, eres una nena, eres tan pequeña que ni se te ve…

Se me llevó en otro beso con sabor a fresa, me envolvió con sus brazos y los dos nos dormimos.

Esta mañana ya no estaba, pero sé que volverá porque es mi mejor amigo. Muaskas, el duende de los besos con sabor a fresa y el humor de un cítrico.

7 comentarios en “Los duendes traviesos: Visita nocturna de Muaskas el duende de los besos con sabor a fresa.

  1. Avatar de beauseant
    beauseant dice:

    A veces sospecho que mis mejores amigos siempre han sido imaginario, pero ninguno sabía a fresa ni me cantaba el cumpleaños.. mis amigos invisibles siempre olvidan el día de mi cumpleaños, ¿te lo puedes creer? ¿Que diría un psicólogo de eso?

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    1. Avatar de elrefugiodelasceta
      elrefugiodelasceta dice:

      BUENOS DÍAS!!!!!!!!!!! Pues podría decirte lo que diría un psicólogo si yo fuera psicóloga pero como solo soy psico-loca te digo que eres un buen candidato para ser mi amigo! JA JA JA! Un abrazo!

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  2. Avatar de Joiel
    Joiel dice:

    A mí me pasa algo parecido con esos traviesos duendecillos de frentes abultadas, manitas regordetas, lorzas al compás de la gravedad… Mis duendecillos son enanos (mi favorito es uno chino, McDonald se llama) que me visitan cuando cae la noche, atraviesan la ventana con un cóctel molotov y jugamos al Zombies Army Trilogy mientras comemos las tartas que ellos mismos roban porque si eres enano o recortado por lo bajo no es delito, ¡lo que les gusta la leche condensada 100% natural!

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    1. Avatar de elrefugiodelasceta
      elrefugiodelasceta dice:

      El baile del lorzo chino, «El papadas», ¡eh nano! Vente pa’qui que nos echamos una bombas…
      Qué coñazo tus duendes, el mío mola más! La leche condensada es una cerdada, no apta para ágiles de mente, solo atolondraos… tolón tolón!

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