El caldero de los deseos: Donde las brujas aguardan para nutrirse de nuestros anhelos.

Me deseó lo mejor, vínculos en los que la intimidad fuera segura, que no me quitaran el sueño, que encontrara la calma y donde el placer nunca fuera una exigencia. Deseó que, por fin, me liberara del miedo, de la insuficiencia y que hallara a alguien que me cuidara para que yo aprendiera a quererme mejor y a ser mi propio hogar.

Deseó para mí una persona con quien pudiera sanar, que se preocupara por mí, que no exigiera que llegase con todo el trabajo hecho.

Deseó que pudiera seguir aprendiendo al lado de alguien y sobre la marcha, que no silenciara mis emociones nunca más y que no necesitase protegerme de nadie. Elevó mi nivel de consciencia y me deseó una mayor independencia emocional. Me recolocó el punto de anclaje, ensambló mis fragmentos y me dio la mano en la oscuridad. Se quedó a mi lado incluso cuando yo me hubiera marchado de mí misma.

Me deseó la parte más humana de mí… así que lo miré a los ojos y le pregunté: «¿Y por qué tú no puedes ser ese vínculo?»

Me encanta su ligereza, la brisa que su risa desprende, la tranquilidad sobre la que reposan sus ademanes. Es y está presente incluso en ausencia. Me acompaña, se preocupa, me endulza las horas que pasan sin y con él.
Me gustan sus buenos días y sus mejores noches, los tés matutinos que terminan por no acabarse, los paseos en tierra de nadie a vista de pájaro entre maleza y buitres. Me encantan los pueblos abandonados en los que olvidarse del mundo y donde solo existimos nosotros en un aquí y ahora detenidos.

Adoraría volver a perderme en sus brazos, en su calidez humana, excelsamente humana que emana esa bondad que recuperó a la mía en tan solo un abrazo.

Enrojeció, se quedó callado, miró hacia el suelo como si no creyera que aquello fuera posible. Yo tenía el fuego y él el aire que lo atizaba, me pareció un buen compañero junto al que caminar. El «para siempre» nos parecía demasiado, así que un «por ahora» se mostraba más realista.

5 comentarios en “El caldero de los deseos: Donde las brujas aguardan para nutrirse de nuestros anhelos.

    1. Avatar de elrefugiodelasceta
      elrefugiodelasceta dice:

      El «por ahora» nunca estuvo reñido con la intensidad. Son dos cosas diferentes. A ciertas edades y después de muchos encontronazos uno se deja la capa y la espada guardaditos y empieza a ponerle cabeza a la cosa. Ya no es necesidad, sino ganas de compartir el ahora, que es lo único que tenemos realmente.

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