(J)Oda a la amistad: Todos tenemos uno o con suerte un par. Esos amigos que estarán siempre para un roto, un descosido o una cerveza sin pretensiones.

Nuestro pequeño: «Darle a cada día su propio afán, pero también su propia sonrisa, su propio gozo,
su propio color. Eso es la inteligencia. Porque una inteligencia que no nos ayude a vivir, no la quiero.
No me sirve para nada»

Antonio Gala –

Aquí estamos, diez años más tarde, en idénticas circunstancias que una década atrás. Haciendo el canelo de la misma forma, con cinco kilos suplementarios por banda, viento de frente y a toda vela, no cortó el tiempo, sino voló, la vida de principio a fin.

Ya teñidas de blanco, los gallos habiendo apretado las garras alrededor de la mirada y la gravedad imponiendo su peso y su paso, haciendo de nuestras lejanas lozanías colgantes reliquias testigos de la juventud, nos vestimos de colorao porque «Al mal tiempo, buena cara» y, como el buen vino, cuanto más viejas, más hermosas… ¿O eso era el oso que cuanto más peludo más hermoso? La ventaja de componer tus propios textos es que escribes lo que te sale del «chichi tuyo», como dice la canción de las bragas, que no tiene desperdicio y sí perdición.

¿Que cuántos años tenemos? Veinte en cada pierna. Dicen que estamos en plena segunda juventud, en la flor de la vida, señores. Marchitándose, pero en la flor de la vida. La mocedad descremada se nos escapa entre los dedos a pesar de querer apresarla. Una nueva etapa en el altiplano de la existencia. A partir de aquí, estamos de bajada. Entre subidón y subidón, un bajón mayor que el primero indica una clara tendencia bajista. La vida nos dota de más sabiduría aunque paso a paso. De golpe sería demasiado.

La naturaleza impone su ritmo, llegan momentos difíciles, el de los adioses a los nuestros. Se acerca la guadaña, silenciosa, es momento de crecer, de madurar, de dejar la treintena, abordar el ecuador de la vida con serenidad y sobre todo rodeados de buenas personas. Lo que está por llegar es duro.

Aquí estamos, ella y yo, con ganas redobladas de volver al pasado, de sentir que estamos seguras, en un lugar conocido. Nada ha cambiado y todo lo ha hecho. Relaciones fallidas o «casi relaciones» estrelladas. El destello de mierda deja rastros. Nosotrxs, lxs de ayer, ya no somos las mismxs, diría Neruda ataviado de nuevo siglo.

Reaparece Antonio Gala, gracias por tanta sensibilidad y picardía, «El amor perfecto es una amistad con momentos eróticos». Ambas leemos la frase, desembocando a altas horas de la noche en uno de esos lugares comunes de la humanidad. Tenemos las dudas muy claras. Somos de las (des)afortunadas que lograron al sapo y, a pesar de los besos, no se convirtió en príncipe. Somos las cenicientas cuya hada madrina compró la varita barata, de rebajas, y nos dio calabazas sin carroza. Somos las sirenitas que se quedaron con el pulpo, las bellas durmientes que abrieron un ojo y fingieron seguir durmiendo, las blancanieves que se atragantaron con la manzana del pecado. Eva lo hizo mejor. ¿Quién más queda? ¡Ah sí!, la Bella y la bestia… por demasiado obvia la (v)omito.

Nos permitimos que nada importe, recuperamos esos momentos felices donde fuimos jóvenes, inconscientes, donde la risa imperaba a pesar de las numerosas lágrimas. ¡Cuánto lloramos juntas! ¡Cuánto reímos!

Y aquí seguimos, a punto de inaugurar el nuevo ciclo con nuestra tradicional road trip destino a Andalucía… vestidas de faralaes o casi, arrasando la tierra quemada, sintiendo de nuevo la pulsión de la vida, la libertad y experimentando el estar bien al lado de alguien que sabes que jamás te fallará y desaparecerá en el olvido.

Desde aquí, un brindis en esta (j)oda a la amistad. Por todos aquellos que teniendo un amigo, tienen un tesoro.

A mi tesoro le doy las gracias infinitas por seguir aquí a mil, a mi lado, amila(na)da. De amilanada, nada.

Andalucía, ¡Tiembla!

2 comentarios en “(J)Oda a la amistad: Todos tenemos uno o con suerte un par. Esos amigos que estarán siempre para un roto, un descosido o una cerveza sin pretensiones.

    1. Avatar de elrefugiodelasceta
      elrefugiodelasceta dice:

      Buenas! Gracias, sí, amistades que cocrean tu realidad, una vida conjunta, compartir alegrías y penas. Esas personas mágicas que te abrazan a pesar de la distancia y que sientes cerca, como familia. Es una de las múltiples cosas que hacen que la vida valga la pena. Gracias por pasarte, nos leemos!

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