Arrebato insomne: Manía transitoria de las 4h 44 de la mañana

Me levanto a mear… son las 4.44. Es el segundo día de la semana que me despierto a la misma hora mágica. Ni me pregunto qué significan los números, mi vida ha dado un vuelco y me gusta.

Me levanto porque estoy de nuevo en un episodio de manía de esos que te arrebatan el sueño, el hambre y la serenidad. No, no soy bipolar pero a veces, me veo presa de estas locuras transitorias. Ahora las acepto y no trato de razonar con un «hay que dormir». No, no «hay que» nada, no «debería» nada. Habiéndome acostado a la una, tengo el motor recargado con cuatro horas de sueño. ¿Para qué más si el cuerpo me pide marcha? Me levanto y me pongo a pintar la pared de mi habitación con el color beige y la arenilla que le da una textura toscana.

No me acaba de gustar el color, es demasiado suave así que echo mano de lo primero que me viene a la mente: el barniz wengué para la madera que estoy reciclando.»¡ Ole tus huevos tía!» Me río porque reconozco la divinidad chapucera que anida en mí desde tiempos inmemoriales. Me descojono porque si me viera mi padre se tiraría de los pelos pensando «¿Cómo coño me ha salido una hija tan fulastre? Con lo que soy yo».

De tan bien que hace las cosas, las tiene que repetir como mínimo dos veces. Se prepara tanto que la termina líando parda cortando donde no debe o pintando lo que no toca. Yo, en cambio, sabiendo que va a salir como fluya, apreciaré el resultado único e irrepetible. Para él todo se puede siempre hacer mejor, para mí todo es cojonudamente perfecto. Las ventajas de no tener expectativas ni de imaginar el resultado previamente hace que cualquier cosa que salga esté bien. Y así es.

Tras cuatro horas de brocha gorda y salpicones de pintura por doquier, sonrío satisfecha y cansada. Miro mi habitación y me digo «¡Qué de puta madre te ha quedado!» No hay dos paredes como la mía, ja ja ja.

Me tomo un té y os lo cuento con dolor en los trapecios, brazos y manos. ¡Qué bien voy a dormir esta noche!

9 comentarios en “Arrebato insomne: Manía transitoria de las 4h 44 de la mañana

  1. Avatar de olgaalvrub
    Olga dice:

    Eso es un auténtico «despertar». No hay nada mejor que ponerse manos a la obra cuando sientes que no hay más sueño. Fíjate que en los días de atrás me pasaba lo mismo con lo de despertarme demasiado pronto.
    Lo de pintar paredes es una experiencia milagrosa, o sea, es poner manos a la obra de verdad y es limpieza y remozar y lo que sea:))
    Te has dado cuenta del número 4 en tu relato? Te despiertas a las 4 (y 44) y después de 4 horas de trabajo te detienes. El número 4. Creo que sabes de tarot o te ha interesado en algún momento, según te he leído. El 4, el emperador, el de las reglas y poner las cosas claras para comenzar el juego. Feliz finde🌞

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    1. Avatar de elrefugiodelasceta
      elrefugiodelasceta dice:

      JAJAJAJA! Joder Olga… no me había dado cuenta de los 4 en mi vida! Gracias por el subrayado! Pintar paredes me encanta! Soy una pintora de brocha gorda! Espero que tu finde haya sido maravilloso!

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  2. Avatar de beauseant
    beauseant dice:

    A mi pasa algo parecido, cuando no duermo castigo el cuerpo. Puede parecer un poco injusto que por culpa del puñetero cerebro y su ansia de control, tenga que pagarlo el resto del cuerpo que no ha hecho nada, pero es mi dictadura y la cocino como quiera 🙂

    Lo de las chapuzas, soy un desastre y además quiero la perfección. Imagina las frustraciones que llevo 🙂

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    1. Avatar de elrefugiodelasceta
      elrefugiodelasceta dice:

      JAJAJAJAJAAJA! Yo soy chapucera y me encanta porque queda perfecto, haga lo que haga! Dejé de castigar al cuerpo aunque no dormir ya es una forma de castigo. Una dictadura encubierta. Un abrazo!

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