Cosas que hacen que la vida valga la pena: NO es pensamiento positivo. Listado para cuando el sinsentido de Dios apriete, pero no ahogue.

El dolor. La tranquilidad, el silencio, el olor de una cerilla o de una vela recién apagadas. Una conversación íntima, que te llame un amigo para compartir su alegría, su tristeza o su presencia.

Estar, sentir al otro. Apoyar la cabeza en su pecho y oír cómo la vida marca su ritmo. Las caricias que estremecen. Los abrazos que se dan con todo el cuerpo aparcando el miedo a emocionarse. La excitación y su descubrimiento. Un beso con lengua que te devore salvajemente. Un beso tímido que apenas te roza. Entregarte sin reparos, ser de otro, ser en otro, ser otro o uno solo. Explorar, explotar. Un te quiero que desborde de la plenitud. Un «no te necesito, pero me acuerdo de ti».

El cambio de estaciones, el término y el inicio. El principio de un nuevo día, la página en blanco de tu realidad. El amanecer que ama al nacer. El crepúsculo, encrespado opúsculo del fin disfrazado de poema. Volver a empezar. Despertarse antes que la humanidad y observar el imperio del sosiego. Acostarse de nuevo cuando el baile mundanal y cotidiano aparta el tupido velo. Sentirse ajeno a todo y al mismo tiempo parte de ello. Dormir. Mantenerse al margen cuando el cuerpo lo pide. No ensuciar. Tirarte un pedo en el que «in pedo certero» está implícita la represión. Ser dueño de ti y de tu tiempo.

El aroma del café que emana de la cafetera. El primer sorbo del día. Beber. El olor de las tostadas con mantequilla. Comer para cagar para volver a comer. Los extremos opuestos que no pueden existir el uno sin el otro. La sorpresa de lo inesperado y también ser presa de lo esperado.

Ver llover e inhalar los efluvios que desprende la tierra mojada. El hada alada que combina el verde y el marrón. La brisa del mar, la quietud de la montaña, la nada del páramo. El reflejo de los astros en la superficie del lago. La fugacidad y fogosidad en nada frugal de una noche estrellada. Follar o hacer el amor perdiéndose en el otro. Él o ella, ¿elle? La doble ele y también la ñ, ¡Qué coño! La regla de oro: tener cojones. Confrontar y aguantar el tipo, pero que el tipo se aguante solo.

Ellas. Estrellar dos copas. Reír. Celebrar la vida, los logros y la muerte: principio y fin imperecederos. La metanoina que conduce al eterno retorno desde otro punto de uno mismo. Lo mismo aunque diferente. La profundidad. Lo poco pero bueno. La ausencia y el (re)encuentro. Echar de menos. Llorar desconsoladamente. Meditar y sentir la energía de las emociones expandirse y conquistar tu territorio. Reconocer el miedo y su bloqueo. Desbloquear. Abrir la veda al festival de lo que está por venir. Dejarte llevar, darte, compartirte, compartir con arte y sin ensayo.

La imaginación que altera el orden de los factores. El desparpajo y la espontaneidad. Creer que otro mundo es posible. Materializarlo. Cagarla y volver a intentarlo. Respirar el final de la lucha, deponer las armas y aceptar que en los pequeños detalles se halla el verdadero tesoro de la existencia.

6 comentarios en “Cosas que hacen que la vida valga la pena: NO es pensamiento positivo. Listado para cuando el sinsentido de Dios apriete, pero no ahogue.

    1. Avatar de elrefugiodelasceta
      elrefugiodelasceta dice:

      Me alegra mucho que te sientas y te sientes conmigo, ja ja ja! Tengo un sofá de tres plazas así que caben anchamente las tres lucecitas que somos. Podéis seguir comiendo y disfrutando del paseo. Besitos muacks muacks!

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