Querido AMOR mío,
Te celebro, te cerebro a pesar de no estar de acuerdo con el comercio injusto que se te ha reservado. Relegado a un día al año que no hace daño, tú sabes, sin embargo, que eres y estás cada día. No hacen falta grandes gestas para percibirte, sino pequeños destellos de lucidez profundamente humanos para que te manifiestes.
No me vengas con ramos de flores espinosas, ni con ases en la manga, no me gustan las sorpresas y muchas he tenido ya. En cambio, ven con la mirada clara y el corazón abierto que para cierres ya pasó el 2023. Hemos quemado etapas y he aprendido que donde no te buscan, no te quieren. Así que búscame porque yo te espero sin desesperación. Plácida y tranquila entre el vaivén de las olas, preparada para matar, como siempre, pues me acojo a aquellas palabras sabineras: «Amores que matan, nunca mueren».
Ven con humildad, pero no con la cabeza gacha que lo mío es la dominación y mi monstruo se ceba en las mosquitas muertas. También soy la del aguijón y la de la lengua bífida que repta y encuentra tus boquetes. Clavo la estacada cuando me siento herida porque soy, era, susceptible, irreverente, hiperreactiva. Eso también soy yo, y no quiero echar al monstruo, me ha salvado de la guerra en muchas ocasiones. Ahora me veo y por eso puedo verte. Respétate lo suficiente y no necesites aprobación fuera de ti, ponme freno si yo carezco de juicio, pues estoy en prácticas y todavía titubeo al enderezarme.
Ven cuando estés listo, así sea en esta vida o en las siguientes, ten en cuenta que no pienso adorarte, que el pedestal es pesado y está pasado de moda. De otro modo, demudado de lo que no es. Revestido de amor, tergiversado por los renglones de falsa abundancia cuando en realidad fueron historias de carencia. El amor no duele ni ensucia, ensalza el alma y es sanador.
A mí me gustan las miradas que se me clavan en los ojos sin descaro, pero con determinación, las manos que me acarician el alma y que, sin desnudarme el cuerpo, son capaces de estremercer a la marmórea Gioconda pa ponerla to’cachonda. Las sonrisas, la aceptación sin resignación y la complicidad que nacen entre dos espíritus son de una potencia sobrecogedora, inigualable, capaces de lograr lo imposible. Tal es la fuerza del amor.
Amor, no necesito un «para siempre», más bien un «aquí y ahora», una presencia, una realidad sin pensamiento ni proyección a futuro, una elección de segundo a segundo, una confluencia momentánea, una separación para volverte a encontrar. Que me busques y te halle en cada letra, en cada verso, porque estás en mí y soy tú. No me tires de las heridas a propósito porque me iré sin decir adiós. Tampoco quisiera elegirte a causa del miedo, sino desde el valor propio del que está sanando y es libre.
Que de nuestros niños nos ocupemos por separado sin cargar al otro con el fardo del pasado, sin expectativas paternalistas. Te acompaño y me acompañas sin exigencias, sino desde un profundo agradecimiento.
Te preparo un café mientras en silencio me besas con la mirada. Ni siquiera necesitas rozarme para saber que estás aquí, te siento porque eres presencia.
Que en los momentos difíciles nos quedemos callados y tengamos el valor suficiente para mirarnos a la cara y ver nuestro propio reflejo. El amor que quiero está en el aire, en la piel, en los silencios, en las risas; en pocas palabras: en la sombra y en la luz.
San Valientín, no me jodas con cupidos escupidos de los cuentos de hadas. Dame realidad, cucharas de palo en casa del herrero y dos tazas si no me gusta.
Te espero a la vuelta de la esquina, no haciendo la calle, ni vendiendo mi cuerpo al mejor postor. No pido más de lo que soy, pero tampoco menos.
💕
Me gustaMe gusta
💫💕
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola Montserrat
¡Total y conscientemente de acuerdo contigo!
Un abrazo.
Marlen
Me gustaLe gusta a 1 persona
Un abrazo Marlen!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Llego tarde a San Valentín, pero da igual, para celebrar el amor todos los días son Amor, jejeje, entre otras cosas ;))) Mil y un besos.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Claro! Hay que celebrarlo cada día, si no… pa’ qué?! Abrazos estrella del norte!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Me gusto tanto el título que te copié el «anti». Aunque lo tuyo es más amor del auténtico, del que se dice a la cara. A quien se lo merezca.
Emocionantes sueños.
Me gustaLe gusta a 1 persona
JAJAJAJA! Yo lo copié de la literatura. No queda mucho por inventar así que lo mejor que podemos hacer es copiar y copiar sabiendo que no somos tan creativos. Un abrazo grande!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Es verdad, resulta que copio sin ser consciente que lo hago. Si es que… Somos muchos.
Me gustaLe gusta a 1 persona
¡¡¡Me encanto leerte!!! «Eso también soy yo, y no quiero echar al monstruo, me ha salvado de la guerra en muchas ocasiones» extraigo esta frase que encuentro llena de riqueza. Hace unos días termine de escribir un ensayo titulado «Ego vs Ser» que subiré pronto y ese párrafo completo me conecto con mis vivencias.
Gracias por este compartir este espacio y te invito a que leas mis escritos.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias. Ego versus Ser… un temazo ad aeternum. Saludos!
Me gustaLe gusta a 1 persona