Te escribo desde el subsuelo de la vida, unas palabras tristes y grises pero llenas de amor. Dicen que el amor es felicidad y alegrÃa pero para mà es angustia y dolor.
¿Está todo el mundo equivocado? ¿Lo estoy yo?
Te escribo desde la cama de la esperanza, allà donde despierta cada dÃa y donde se acuesta el insuflo de la primavera.
Apenas te siento ya y eso me aterra pues te estás convirtiendo, paulatinamente, en un espectro del pasado que se dibuja cual borrón que ni siquiera existió y que se extingue en la conciencia.
Te escribo desde el atisbo de sol que asoma por la rendija, que dura un suspiro y que trato de eternizar con esta carta que te dedico.
Te escribo desde el pasado, desde el presente para el futuro.
Te escribo para no olvidar tu dulzura y tus inmensos ojos. Si dejara de escribir no podrÃa desvanecerse tu imagen.
Te escribo desde tu fotografÃa, desde tu sonrisa eterna, plasmada por siempre jamás en el recuerdo del papel.
Te escribo desde la insuficiencia de las palabras que escasean y parecen menguar a medida que se acrecenta el sentir.
Te escribo desde el fondo del mar donde la presión mata y hace insoportable la vida.
Te escribo desde un cajón, escondida, donde permanecen nuestros momentos de secreta ternura.
Te escribo desde el jardÃn de flores que nunca tuvimos, desde la estrella que coronaba la cumbre impalpable de la eternidad, desde la alacena del sentimiento.
Te escribo desde todos los huecos, rincones, esquinas…
Te escribo desde ninguna parte.