LEAN ON PETE, Andrew Haigh

Como siempre miro primero la sinopsis para ver lo que se puede y no se puede decir:

Charlie Thompson, un chico de quince años que queda solo al morir su padre, emprende junto a un caballo de carreras robado un peligroso viaje en busca de su tía, de la cual no tiene noticias desde hace tiempo, y un nuevo hogar. 

«No conozco al director y la sinopsis no me llama la atención en absoluto pero algo me dice que vale la pena dedicarle una buena noche de cine.»Y no me equivoqué porque es una desgarradora historia sobre un niño que no tiene madre pero que además pierde a su padre y se ve catapultado a un abandono obligado de la adolescencia.

En una primera parte del filme Charlie adopta a un caballo como compañero. El caballo de carreras es lo que le queda de la infancia, ese amigo imaginario e incondicional que nos acompaña cuando somos niños y al que poco a poco vamos abandonando a medida que no lo vamos necesitando hasta que finalmente desaparece. Su cuidador, Del (Steve Buscemi) y su jócker (Chloé Sevigny) nos dan una visión extremadamente cínica de la realidad adulta que se contrapone a esa dulzura infantil. Un caballo de carreras es lo que es y sirve para lo que sirve. Cuando ya no cumple su función se vende y punto.  Con dinero como base y el espíritu mercantilista y descreído acogen el final de la infancia. Pero el dinero también lo descubre Charlie, la ilusión del poseer y la obtención de cosas materiales. Este primer contacto con la obscenidad del dinero, la ilusión de posesión y la visión cínica de un mundo de objetos sin valor sentimental son los encargados de mancillar la inocencia de la infancia.

Para Charlie los sucesos parecen acontecer sin previo aviso y de forma brusca. No tiene tiempo de preparase mentalmente para ser adulto, le ocurre de la noche a la mañana. Así,emprende un largo camino a través del desierto como ya lo hicieron los dos personajes de la película «Gerry» de Gus Van Sant.

Deambular perdidos por el desierto es la representación de la búsqueda del propio yo a través de la nada. En este caso es el proceso de transformación que está operándose en el seno de un adolescente. El árido camino que lleva a la madurez, la desorientación, la pérdida, la necesidad, el anhelo y la sensación de soledad. La pérdida de su amigo cuando termina claudicando ante el consumo de alcohol quizás porque este gesto significa la aceptación del mundo adulto, el olvido, el alivio de la sed del pensamiento.

No es una película dulce protagonizada por un niño y su amigo el caballo. De hecho el caballo no le presta la menor atención. Es la idea del caballo y lo que representa para el niño lo que le hace cometer todas las locuras hasta poner en peligro su propia existencia.

Altamente recomendable pero hay que verla blindado porque es lo suficientemente cruda como para echarse a llorar.

 

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