A la luz de los recientes acontecimientos (En el borde del precipicio: Esta vez el abismo no me quiso mirar, pero nos tomamos unas cañas y nos echamos unas risas comentando la jugada.), me preguntó cómo me sentía.
-¿Cómo te sientes?
-No me siento de ningún modo. No hay nada y no sé decirte si es porque estoy en negación o porque está asumido. Mi cabeza ha encontrado un porqué que, si bien no puedo comprender porque la maldad no entra dentro de mis parámetros lógicos de actuación, me ha permitido archivar el asunto sin arrastrar ninguna cola emocional. Tacho todo el asunto de maldad encubierta porque este personaje sabía bien lo que hacía cuando alimentaba el fuego de la desesperación. De otro modo hubiese sido tan solo inconsciencia infantil, capricho, deseo, pero no lo fue, fue maldad manipulativa.
Muerto el perro se acabó la rabia por eso no siento nada, nunca fue un sentimiento real sino construido desde la manipulación. De haber sido real persistiría ese «amor» que no lo era, era la necesidad, el miedo tirados del hilo del titiritero. Así de simple, todo estaba en mí, jamás fuera, pero desde fuera se logró despertar a la bestia que llevo dentro. No pasa nada porque en realidad me ha permitido darme cuenta de hasta qué punto soy vulnerable y que esta vulnerabilidad es hermosa cuando se destapa.
Una persona que te aprecia de verdad, toma tu desnudez entre sus manos, la cincela, la pule, la viste de seda, la protege y, de algún modo, siente el halago por la confianza que muestras en su presencia. Me considero guardiana de las fragilidades y las debilidades propias y ajenas porque no es fácil mostrarse si nunca te enseñaron a quitarte el vestido. Hay mucha vergüenza y pudor, por eso siempre soy la primera en quedarme en bolas como diciendo: «Mira, yo también soy humana, estoy abollada aquí, ahí y más allá. Los peores arañazos están por dentro y no se ven pero te los muestro porque sé que el dolor compartido aplaca la alienación.»
Vengo reviviendo el descarte desde abril y de tanto ir el cántaro a la fuente… De vivir en el constante miedo al abandono, en la sumisión para evitar lo inevitable, en las idas y venidas, en el ahora sí pero no, en los bloqueos y desbloqueos, una se queda más ancha cuando todo explota que ¿Para qué quiero más? Llega un punto de no retorno, tarde pero llega y no puedo sentirme estúpida por haber creído que era posible. Todavía me toca aceptar muchas cosas como por ejemplo que cuando huele a mierda es que hay mierda, que los signos eran claros, que la intuición era real, que las mentiras son mentiras y que, por mucho maquillaje que lleven, las siento. No me vuelvas a decir que desconfíe de mis intuiciones porque siempre tengo razón, no son construcciones mentales y precisamente por eso son buenas. La mente me engaña, la mente me emborrona el cuadro, el cuerpo nunca se equivoca.
-¿Qué vas a hacer ahora?
-Nada. Sencillamente seguir con mi cura, seguir trabajando en mí, en estos huecos sin rellenar que buscan de la alteridad para ser completados. Quiero centrarme en la abundancia y no en la carencia, en todo aquello que sí soy en vez de mirar constantemente lo que creo no ser. Me gustaría ser capaz de llegar al punto en el que la gente que llegue a mi vida sea para aportarme más de lo que ya soy, que sea para compartir desde la verdad, desde la honestidad, desde la fertilidad. Poder aportar experiencia real y sanación al otro sin atiborrarlo de verborrea, sino desde su propia compleción y experimentación del todo.
No quiero seguir esperando un milagro ni a nadie que me «salve». ¿Salvarme de qué? Salvarme de mí misma, del tedio vital, del aburrimiento existencial, de la aceptación de que no hay nada más que lo que hay. Esto es la vida. Me queda pasar por el tubo y ver que puede haber tanto como yo quiera que haya y que eso, solo depende de mí. Que el proyecto de uno debe ser uno mismo. Que las experiencias y la plenitud deben salir de dentro, nadie te puede llenar el saco porque generalmente te lo llenarán de su propia basura, pues es difícil encontrar a personas que estén mínimamente trabajadas y conscientes de sus neuras, me incluyo. ¿Creencia limitante? Quizás pero de momento es la que es, hasta que se demuestre lo contrario. De mí depende reconocer la basura y descartarla antes de que me intoxique el saco.
-¿Cómo lo vas a hacer?
– Ni idea pero con mucha toma de conciencia de la necesidad. Cuando esta arremeta, normalmente suele ser por las noches cuando ya no tengo nada que hacer, poder sentarme con mi dolor, con ese agujero que pulsa, y hacerme compañía desde la compasión, desde el entendimiento. Suena un poco a mierda new age, pero así lo siento. Me siento pletórica cuando soy capaz de cerrar los ojos, focalizarme en la sensación de angustia y deshacer ese nudo en las entrañas. No desde la fuerza bruta de «por mis cojones que te deshaces» sino desde el cariño, el acompañamiento y la comprensión.
«…¿Salvarme de qué? Salvarme de mí misma…»
Muchas pinta no tienes de que haga falta salvarte de nada. ¿No…?
Saludos, y felicitaciones por lo escrito
👌
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Gracias Antonio. No, no me hace falta salvación, solo de mi cabeza siempre tan llena de teorías, pajarracos y humo. Beso!
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Puff…..encogida me he quedado..no se como me siento tan tan identificada….Lo leo y creo que hablas de mi, salvo en que yo no estoy tan fuerte. Todavía lloro, todavía pienso que esto es una jodida pesadilla, todavía pienso por qué a mi, todavía espero un milagro y que me salven.
Pero tienes toda la razón «Me queda pasar por el tubo y ver que puede haber tanto como yo quiera que haya y que eso, solo depende de mí. Que el proyecto de uno debe ser uno mismo.»
Lo haré, seguro. Gracias de nuevo, aunque se me encoja el estómago.
Abrazo fuerte
PDT: ya se, escribe un libro!!!
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Moly, si te produce este efecto es que resuena demasiado. Estás tierna también. Hay que hacer músculo sin dejar de lado la emoción que es lo más bello que poseemos. Un abrazo muy sentido.
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Hola, Moly.
Perdona que tenga el atrevimiento de meterme, pero me gustaría decirte dos cosas.
La primera, que no hay «milagro» ni «salvación» posibles excepto el trabajo que tú estés dispuesta a emprender contigo misma, para sanar las heridas, hacerte más fuerte y más sabia y también independiente emocionalmente.
La segunda, que te recomiendo muy, muy, mucho que te pongas a ver vídeos en YouTube de Lluís Rodríguez, un terapeuta que habla de los distintos tipos de apego (evitativo, ansioso… ) y de los muchos problemas que tienen las personas justamente con todo esto: con sus emociones, sus apegos, sus dependencias, sus traumas de infancia, sus relaciones, sus parejas, etc. Justamente se insertó un vídeo de este hombre aquí, ayer o anteayer. De verdad que te lo recomiendo. Yo vi uno y me pareció tan bueno que no pude parar y he visto unos cuantos estos días. Lo que explica esta persona hace tanto bien, es tan importante para entender por qué funcionamos así y tenemos tanto dolor y tantas carencias dentro. Muy bueno, de verdad. Prueba con uno y tú misma juzga si te puede ayudar o es una pérdida de tiempo. Te lo repito: es empezar a escucharle y entender taaantas y taaaantas cosas.
Un abrazo.
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Muchísimas gracias por tu comentario y tus consejos.
Poco a poco todo encaja, como las mil piezas de un puzzle.
Un abrazo y yo también soy una fiel seguidora de Asceta!
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Gracias a todos por contribuir. Vamos a fundar la comunidad BASTA CON EL ABUSO! Joder, que ya está bien de mamarrachos.
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Así, así, compartid todo lo que podáis. Para esto sirve la web. Gracias, gracias y gracias de nuevo.
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Ànims i endavant.
La historia acaecida… como dice la expresión, «increíble pero cierto». Desgraciadamente cierta. Y muy fuerte, triste y patética.
Toca, a mi entender, cerrar las heridas y sanarlas. Toca observarse, aprender y reflexionar para hacerse más fuerte y más sabio/a, más independiente a nivel emocional. Y que efectivamente no puedan hacernos daño o nos lo hagamos nosotros mismos, que quizá es peor.
Montse y Tania, Tania y Montse.
Un abrazo sincero y cariñoso.
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Muchísimas gracias por tu comentario y por el apoyo. A veces, sorprendentemente, la realidad supera la ficción y nos deja con la cabeza, el corazón y espíritu centrifugados.
Pero del más denso fango nacen los más hermosos lotos; de la misma manera, espero, nosotras creceremos y aprenderemos de esta herida para evitar que vuelvan a acceder a través de ella.
Otro abrazo enorme para ti.
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«El más denso fango» es primo lejano de «la noche oscura del alma».
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Lejano y cercano también 😉
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Sin juicios. Ellos están, nosotras caemos. Que sirva para renacer, para darnos cuenta y como bien dices para hacer músculo. En realidad de lo malo, lo menos malo. Patético? Pfffff… monos de circo, cucarachas, seguirá pasando porque la mierda abunda y no deja nunca de crearse pero que no nos esquitxe más. Gracias a ti por los comentarios y los ánimos
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Todavía un tercer comentario. Para poner de relieve y decir algo muy simple pero a la vez absolutamente cierto: hace tan solo unas semanas, no tenía ni la más mínima noción ni información acerca de todo esto de los apegos emocionales… el evitativo, el ansioso, el desorganizado, etc., y de toda su estrecha relación con los traumas y heridas que arrastramos desde la infancia y de cómo influyen decisivamente en nuestra personalidad, emociones, comportamiento, relaciones… Tampoco tenía ni idea del tema eneagrama. Y si ahora conozco todo esto, y he empezado a informarme y «ponerme las pilas» es gracias a esta señora Asceta y su blog. Así que gracias. Una vez más se demuestra que se hace camino al andar y que si uno se pone en marcha, con energía y confianza, las afinidades empiezan a darse y se muestran delante de nosotros las cosas que necesitamos para crecer.
En línea con todo esto, y como le he comentado a Moly, lo importante que es ponerse a ver vídeos de por ejemplo Lluís Rodríguez, Almu Jiménez, Borja Vilaseca o muchas otras personas que explican las cosas con mucha claridad.
También quiero disculparme de nuevo, ahora en público. Sí, disculparme porque justamente debido a toda mi ignorancia respecto a estos temas y a lo mucho que pueden afectar el interior de las personas, no he entendido bien todo esto y quizá he reaccionado o me he expresado con dureza, falta de comprensión, empatía y sensibilidad. Emitiendo juicios precipitados (o formándomelos), siendo en exceso crítico e incluso mordaz o demasiado directo o invasivo. Lo siento. Producto de toda esa ignorancia y también, por qué no decirlo, de una actitud soberbia.
Pues dicho queda.
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Gracias nuevamente por compartir toda la información. Siempre sois bienvenidos y, por supuesto, aunque haya habido juicio mordaz, la inteligencia está en saber reconocer cuándo hay reacción. No hacen falta las disculpas en público, nadie te juzga, te juzgas tú solo. Un abrazo sincero y sentido.
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¿Qué puedo decir más allá de confesar ser, una vez más, tu fiel reflejo? Siento que uno de los principales problemas por los que caemos (una y otra vez) en las garras de diversos depredadores (de cuerpos, pero sobre todo de almas) es el no hacer caso a nuestra intuición. Nuestras tripas nos hablan, el cuerpo grita y envía señal tras señal, pero la mente se deja liar, envolver, embaucar… Un espíritu noble, devoto del amor, no es capaz de ver la maldad y la Maldad se aprovecha de esa situación: devora la luz, se alimenta de esa fe ciega en un amor que es incapaz de sentir.
No necesitamos que nadie nos salve, pero nos gusta ese hombro sobre el que apoyarnos cuando flaquean las rodillas. Esa sonrisa cómplice que nos da fuerzas para seguir avanzando. Porque nosotras somos así: si alguien lo necesita, estaremos ahí incondicionalmente.
Sin embargo, esos aniquiladores de luz se nutren de la esperanza y la ilusión ajena. Cuando miras a través de ojos sinceros, te abres en canal para mostrarte tal cual eres: llena de cicatrices y heridas no sanadas que siguen manando. Los tiburones vendrán a por esa sangre, con el único objetivo de llevarse lo que ellos quieren y sin que les importe cómo dejan después a su presa. Pero, ¿acaso debemos dejar de ser quienes somos por una panda de psicópatas desalmados? Tenemos que tener cuidado sí, para evitar ser devorados, pero no podemos renunciar a nuestra esencia.
Cada obstáculo, cada herida, cada ser de oscuridad es una oportunidad para aprender de nosotras y seguir creciendo, como personas y como las guerreras inquebrantables que somos. De nosotras mismas y las unas de las otras, por supuesto. ¡Adelante, amiga! Un abrazo infinito.
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Corazón, tú no tienes que dejar de ser tú, pero tienes que proteger esa pureza y contrastar a la persona. Lo que pasa son muchas otras cosas. Que sales de una y te metes en otra porque al salir de una relación estás con los ánimos por los suelos y ahí es donde vibras bajo y ahí es por donde se meten las alimañas. Hay que tomar distancia porque si no te vas dejando absorber y, una tras otra, te acaban enterrando metafórica o literalmente. Cuidado que no es asunto poco serio. Contacto zero y bloquea todo.
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Permitidme decir que lo que ha surgido o nacido a raíz de esta lamentable historia es «prodigioso». Hermoso. Lo que ha ocurrido después y que se constata aquí y ahora.
Y traer a colación una palabra que de sobra conocéis: sororidad.
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La verdad es que sí, no solo hay hijos de p.. en las redes, hay bellísimas personas que quieren compartir sus experiencias. Aquí estamos para esto.
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Es algo muy manido, pero no por ello menos cierto, que nos construimos desde dentro. Si lo de dentro funciona, si podemos mirarnos al espejo y sostener la mirada, si hemos construido algo que merece la pena, entonces podemos estar feliz con lo que venga de fuera. Intentar que alguien externo nos de esa pieza que nos falta es delegar en terceras personas lo que debería ser nuestro deber… y rara vez funciona.
Aunque estoy de acuerdo con el comentario que te han dejado ahí arriba, no creo que necesites salvarte de nada, estás en construcción nada más, ya verás que bonita te queda la reforma 😉
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Es algo muy manido, sí, y no por ello menos cierto. De hecho, si tanto se ha repetido será que un ápice de verdad se encierra tras la reiteración. La reforma me va a quedar… que ni me lo espero. Pasa unas buenas vacaciones Beauséant. Esperamos tus escritos de vuelta. Abrazos.
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¿Por qué es tan difícil entender que alguien puede no estar «sintiendo» nada en particular y no por eso estar enfermo ni cosa parecida? Las sensaciones, las emociones, son aprendidas y aprehendidas, así que a cada uno le pasarán cosas diferentes anta cada situación, no encajar en el molde que quieren imponer no nos hace ni mejores ni peores.
Saludos,
J.
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Gracias por tu comentario José A. El problema no es sentir o no sentir, sino que después de un trauma tiene que haber respuesta emocional porque si no la hay significa que se reprime y si se reprimer… saldrá por peteneras en algún momento. Hay que estar al loro de no explotar. Sin juicios de valor, no es ni mejor ni peor pero hay que estar con ojo avizor. Un saludo!
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