Cuando tú cambias, todo cambia: No me siento bien, estoy en situación de dependencia ergo elijo irme y retomar el poder sobre mi vida. Herida de traición.

«You can’t go back and change the beginning, but you can start where you are and change the ending»
– Gracias Tania, esta es la frase perfecta –

Me voy porque no estoy bien. Ya no puedo tragarme, especialmente después de las últimas aventuras, las faltas de respeto. Aunque no sepas comunicarte de otra manera, yo no quiero seguir haciendo ver que no pasa nada. Sí pasa, a mí me pasa, es como hendir el dedo en la herida. La herida no estaba curada porque la sutura estaba hecha de puntos suspensivos y yo, suspendida entre la culpa y la comprensión, obtuve un suspenso general en las artes amatorias.

Yo he cambiado y por lo tanto todo ha cambiado. Lo siento por ti, porque no supieron darte la educación emocional necesaria para educar a tus hijos. Hiciste lo que pudiste y te estoy infinitamente agradecida, pero no quiero aguantar más las faltas de consideración que para ti son normales porque es nuestra manera de comunicarnos. El «perdón» no me sirve de nada si no es sentido, si luego no cambias, si luego me quieres hacer sentir enajenada porque «ya se le pasará» o porque estoy siendo soberbia.

No es soberbia, es dolor, dolor del abandono y de reiteradas traiciones hacia un vínculo que para mí debería ser sagrado. Y quizás lo sea pero no lo siento como tal. Y quizás debiera aceptar tus limitaciones, y reconocerlas. Así trato de comportarme, desde la comprensión y profunda compasión ¿Hasta dónde? ¿Dónde está el límite entre la bondad y el buenismo? En mi dolor, más o menos sensible, no importa. En el momento en que me duele, hay que poner un límite.

Será ego, será higo, será sombra, será lo que sea, si me duele a mí, me voy. La aceptación pasa por aprender a respetarme y a admitir que quizás no nos podremos comunicar nunca más. Empieza un duelo por la pérdida de lo que hubo, a tu manera y con tus reglas. Ahora, con las mías. A lo mejor algún día llegamos a el combo ganador donde un poco tú y un poco yo. Ahora me duele y, como un perro apaleado, me aparto.

He normalizado ciertas actitudes hacia mi persona que no deberían serlo y que me han traido consecuencias nefastas con el sexo opuesto. Un «cariño» tiene un peso demasiado grande y me lleva hasta el avasallamiento. Duele y me voy porque duele. No me siento en mi sitio, no me siento aceptada ni siento que se haga nada para cambiar la situación a pesar de la carta que medió, como si nunca se hubiera escrito. Y como nada cambia ni puedo pretender que así sea, cambio yo y me voy cuando no me siento bien. Quizás esta la única manera de hacer que las cosas sean diferentes, al menos dentro de mí y para mí.

Elijo poner un límite aunque sea para tu cumpleaños, lo siento mucho.

6 comentarios en “Cuando tú cambias, todo cambia: No me siento bien, estoy en situación de dependencia ergo elijo irme y retomar el poder sobre mi vida. Herida de traición.

  1. Avatar de Tania Suárez Rodríguez
    Tania Suárez Rodríguez dice:

    Me repito al decir: «te leo y me veo en tus palabras», pero es la más absoluta realidad. Me siento muy identificada con esa tendencia de no poner límites, de darte al completo sin esperar nada a cambio (quizá inconscientemente sí, quizá algo de cariño) y, sobre todo, me identifico con el hecho de normalizar actitudes hacia nuestra persona que no deberían serlo ni deberíamos permitir. El dolor no es algo malo: es un elemento de protección que se activa cuando nuestra esencia/intuición nos avisa de que algo es nocivo para nosotros. Poner límites es algo fundamental para proteger tu (nuestro) bienestar y eres muy valiente por hacerlo. Poner tu integridad física y emocional primero no es egoísmo, es responsabilidad para contigo y con los demás. Enhorabuena por ser tan fuerte, aunque duela, porque la vida a veces duele. Un abrazo y un beso enormes, guerrera. Se te quiere. 🥰😘❤️

    Le gusta a 2 personas

    1. Avatar de elrefugiodelasceta
      elrefugiodelasceta dice:

      Hola Tania, bonita! Poner límites es de lo más difícil pues para reconocer que no sabemos ponerlos primero hay que haber visto que no sabemos ponerlos, ja jaja. Y eso siempre ocurre cuando hemos pasado por varias manos y las nuestras están vacías y las de los demás llenas. Primero estás tú, y si queda algo pues para los demás. Eso debería ser la máxima pero claro, nos enseñan que es egoista, que es de persona infame, inmunda y despreciable. Claaaaaaro, yo soy despreciable porque no te doy lo que quieres de mí, no? ¿De dónde vienen esos valores?¿Quién dijo que era «malo» ser egoista? No te doy la respuesta, llegarás por ti sola con ese envidiable cerebro que tienes.
      A ti no se te quiere, a ti te quiero y te quiero libre de todo, hasta de ti misma.
      Besitos!!

      Le gusta a 1 persona

  2. Avatar de Moly
    Moly dice:

    No puedo añadir nada al comentario de Tania porque es perfecto y porque es lo que hubiera dicho yo, con sus comas y sus puntos.

    Si que quiero insistir en algo: te admiro querida amiga. Un paso gigante para ti y las que te seguimos.

    Se te quiere muchísimo, incluso sin conocerte (imagínate cuando te vea, creo que me tiraré en tus brazos y lloraré!)

    Beso fuerte

    Le gusta a 1 persona

    1. Avatar de elrefugiodelasceta
      elrefugiodelasceta dice:

      OOOOOOOOh, Moly, qué gentil eres siempre. No me conoces? Anda ya, me conoces demasiado, que no es poco! Me conoces más que personas que dicen conocerme. Me conoces como si fuera la palma de tu mano que resulta que también es mía. Me conoces como si fueras tú misma. La única diferencia está en… no, ni siquiera cuando meamos somos diferentes! Un abrazo y nada de llantos. Yo seguro que no lloro, me partiré el ojete seguro porque… vaya vaya lo que se ha juntado! Millones de abrazos!!!! Nos conocemos, ahora falta saber dónde vamos a hacer el mal y cuándo.

      Le gusta a 1 persona

Deja un comentario