El chico que me metió un troyano en la mente: Hoy es una nueva oportunidad de descubrir(me, te, se, nos, os, se) amar(idem). Verbos pronominales y reflexivos, irreflexivos casi siempre.

«Solo imagina lo precioso que puede ser arriesgarse y que todo salga bien». 
– Mario Benedetti –

Es hermosa la mañana que se despierta. El cielo está cubierto, a punto de descargar toda su ira sobre nosotros. Desearía permanecer bajo las sábanas un poco más, cosa extraña es que no me echen a patadas las muy…en cambio sí se me enredan como la mala hiedra.

Minutos más tarde, la alarma suena recordándome que no hay tiempo que perder: » lo que no escribas antes de las diez, ya no lo escribes, ¡Zángana!». ¡Cuánta tiranía! Ni siquiera sé de dónde viene la patada en el culo. Las diez, un ridículo límite, lo sé, pero para redactar hay que no tener nada que hacer y a tal hora comienza la jornada laboral. Es un lujo perderse en la contemplación o en la concentración. Cuando se activa la fuerza de trabajo, el piloto automático se adueña del no ser. Si otros menesteres están rondando los lares, jodida la hemos.

Miro el cielo encapotado desde otra perspectiva. Se siente diferente y entonces pienso en la historia del chico que empezó a trabajar después de unas largas vacaciones. Me contactó meses antes con un descubrimiento particular, algo llamado «diseño humano». Sabe de mi gusto por remover las cavernosas entradas del Averno y él es de esas personas que también andan revolviendo y trasteando en las oscuridades, los misterios de la galaxia, las mentiras de los gobiernos, lo que ocurrió, lo que no, lo que nos cuentan, lo que nos esconden.

– ¿La tierra es plana?, me preguntó.

– Se supone que no, pero tampoco me importa si lo es. Mañana seguiré teniéndome que levantar a la misma hora. ¿En qué cambia la realidad?

-¿Los satélites tienen luces? NO ¿Fue el hombre a la luna? NO ¿Has visto la nave de los Indios? Nos engañan…

-Probablemente, pero no es de mi incumbencia, lo importante es que nosotros no nos engañemos a nosotros mismos.

-¿Conoces el «Diseño Humano»?

Dejé de hacer lo que me estuviera ocupando en aquel momento, tenía toda mi atención.

-¿El qué?

-El diseño humano. Es una herramienta de conocimiento personal como el eneagrama, pero en más complicado, no he profundizado todavía, pero he comprobado que funciona.

Cuando se fue de mi casa me abalancé sobre el ordenador como si no hubiera un mañana. Y no lo hubo. No hubo más mañanas, ni tardes, ni noches iguales. Me metió un troyano en la mente y un pescado en el fregadero. Odio el pescado y los peces no me interesan, solo algunos. Él se encarga de pescar y yo selecciono lo que me como. Es un trabajo en equipo y un «Theam Work», theme work para los puristas.

En los días posteriores, el agujero de la tripa comenzó a cerrarse, como si ya no existiera. En momentos puntuales, lo sentía como una leve molestia, seguramente allí seguía, pero al andar con la mente ocupada en destaparle el culo a los intríngulis del ser y del no ser, así bien no llevasen a ninguna parte las pesquisas, me percaté que ese dolor tan doloroso anidaba en la mente. Hablamos de heridas del alma porque se sienten en el cuerpo, pero están en la mente. El alma está en la mente. ¿Es el alma el inconsciente? Pajote que no viene al caso.

Entre mi amigo y yo hay un abismo que nos une. No sé que es, se siente, lo siento, pero no sé qué es y creo que no quiero saberlo, así está bien. Me pasa como con ellas, pero sin los detalles que tanto aprecio y a ellas les salen naturales porque estamos hechas de la misma pasta. Él y yo no tenemos la misma masa madre, pero es una buena persona cuyos intereses han despertado los míos y así convergemos aunque estemos diametralmente opuestos . Yo busco para adentro, él busca para afuera. Sospecho que es para evitar encontrar agujeros en el tejido interno. Al menos a mí me pasa así. Para evitar sentir el sinsentido, el miedo, la frustración, el rechazo, el abandono, me dirijo hacía cualquier otra cosa. Puede este también ser su caso, lo desconozco.

Recuerdo la negación y el miedo de sentir aunque ambos fueran completamente inconscientes. Sencillamente, «hacer» era la forma aprendida de parchear o de sortear las emociones que pronto, muy pronto, se manifestaron en forma de dolor, erupciones cutáneas, enfermedades, insomnios, tensiones. Suma y sigue.

Aprendí a meditar por cojones porque ni las benzodiacepinas surtían efecto. De esto hace ya más de año y medio. Ahora, a pesar del miedo, la inquietud, la ansiedad intranquila, me voy acostumbrando a dejar que las emociones me aguijoneen y entonces permito que me traspasen. Me siento, me escucho, dejo que la emoción se adueñe de mi mente, le abro el paso, observo cómo mi cuerpo responde a esa presión y entonces la dejo ir.

Siempre me pregunté ¿Cómo este hecho puede cambiar tu realidad? Pues no tengo respuesta, pero lo cierto es que la cambia. Supongo que es porque uno se familiariza con ella, le hace un hueco, le permite existir, se la reconoce cada vez que aparece y se deja de malinterpretar. Ya no se sale corriendo, por si acaso. Se le da la importancia que tiene, sus minutos de gloria, se toma consciencia de lo que está ocurriendo y luego «ciao».

¿Qué pasaría si dejaras que te invadiera y no le pusieras freno? ¿Qué pasa si exploras eso que asoma? ¿Por qué te alejas tan rápido? Acércate y husmea y verás que no pasa nada, igual incluso descubres una fuente. Explora tu cuerpo como lo haces con tu mente. Ten la misma curiosidad contigo que con ella. Ambos son tuyos, ábrete en canal y toca sin vergüenza, siente hasta la embriaguez y sin razón, mira con descaro, pide permiso si lo crees necesario, te será concedido.

En el frenetismo del día, en el automatismo, paso a paso se van reconociendo más sensaciones porque estas son como los idiomas, para poder comprender primero tienes que oír, escuchar y entender.

Amanece un poco más tarde, los días se acortan, las noches se alargan. «Winter is coming», serie de mierda allí donde las haya. Me quedé a dos capítulos de terminarla y la vi entre pipa y pipa sin prestar mucha atención. No encontré la profundidad en ella, mero entretenimiento. Será que adolece de procedencia.

Pronto cambiaremos la hora. El odioso frío nos calará hasta los huesos, caerán las hojas de los árboles, brillará el sol en el cielo invernal y pelará el viento. Ya no hay dolor ni ansiedad. A veces repiquetea una forma de rechazo. Me abandonó el abandono. Cuando sé que la herida pulsa y se pone en marcha la radio mental contándome no sé qué historias sobre la necesidad, los apegos, sobre mi padre, mi hermano, me permito escurrirme de mí misma. Busco una salida para no quedarme en la rueda de la rumiación.

Un nuevo día es como cualquier otro, una oportunidad más de tejerse a uno mismo, de hacerse el bien, de extenderlo hacia los demás sin que por ello sea el objetivo, solo la consecuencia colateral.

Es la ocasión para quererse más que ayer, pero menos que mañana, para querer al prójimo también, cuando este se muestra abierto a ello. Es casi un camino divino, sagrado, el ir desbrozando la senda de lo que siempre estuvo allí. Esos saberes que uno tiene y que nos han dirigido inconscientemente hacia hoy.

Todo llega sin disfraz. Chica, chico, pez o pescado.

3 comentarios en “El chico que me metió un troyano en la mente: Hoy es una nueva oportunidad de descubrir(me, te, se, nos, os, se) amar(idem). Verbos pronominales y reflexivos, irreflexivos casi siempre.

  1. Avatar de Tania Suárez Rodríguez
    Tania Suárez Rodríguez dice:

    Cada vez me tienes más intrigada con lo del Diseño Humano. Estoy todavía intentando descubrir mi número en el Eneagrama y todo lo que esa herramienta tiene que ofrecer, pero me resuena mucho lo que escribes y mi curiosidad (a veces enfermiza) me puede… Intentaré controlar mis ansias y centrarme primero en una herramienta y luego pasar a la otra. Es un gusto leerte, obviamente. 🙂

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