«Para salir de la pobreza, hay que salir de la ignorancia»
Si el fondo nace de la forma o la forma del fondo es una cuestión irresoluta a la cual todavía hoy me enfrento, pues en el transcurso de una noche me hube transmutado en el Jorobado de Notre Dame como Gregorio Samsa en insecto. ¿Acaso mi interior guardaba algún secreto que pugnaba por salir? Serían la envidia y los celos que se me iban adhiriendo a la piel e hiriendo el alma.
Con vergüenza y horror contemplé mi reflejo en el espejo pensando que no podría salir de aquella habitación sin alertar a las autoridades públicas, mas quedarme encerrada tan solo agudizaría mis nuevos rasgos y, quién sabe si estos no se acomodarían irrevocablemente en mí. Ante la duda, y muy a mi pesar, traté por todos los medios de rebajar la hinchazón de mi nueva silueta con algunos masajes infructuosos . Recolecté la nada más absoluta y salí a la calle abandonando a Sabrina y a su gata tras la puerta de entrada del templo maldito.
La lengua del inclemente frío seguía su riguroso re-la-mi-do melódico en un compás de tres al cuarto. Me uní a la sinfonía con el repique de talones y el frufrú de mis ropajes, que no eran pocos. Por entonces, el Jorobado se había convertido en un rollito de primera, no de segundo, y, cual cebolla, además del cuerpo le había crecido la bambolla, esto es la capa externa. Querido lector, si has imaginado otra palabra, tu mente es sucia y adolece de automatismos (ahora mírate al espejo y dime si la forma se transmuta a causa del fondo).
Temía el momento de reencontrarme con ella. Yo desfigurada, ella maravillosa. La bella y la bestia deambulando por las calles de Domingo ante los ojos de transeúntes que inscribirían toda suerte de increíbles infamias sobre nosotras en sus inconscientes. «Infernal ego, ¡¿Por qué no te callas?! Necesitamos a Juan Carlos»
Muy lejos de la realidad, su sonrisa me dio los buenos días y la nube oscura que pendía sobre mi cabeza desapareció. «¡Buenos días farolillo!» La encantadora de guisantes, me hizo rendirme ante ese incomensurable mar de amor incomprensible para mis tinieblas. Me tomó del brazo y desaparecimos.
Aterrizamos en un lugar claro y puro. «¿Dónde estamos?» pregunté entusiasmada. «En medio de la ciudad». El poder de las hadas teje milagros. Me tocó la mano con su fino dedo y aparecimos en Al-Andalus. «Aquí la gente no entiende de etnias ni de religiones, me encanta este lugar, ojalá tuviéramos más tiempo, te haría visitar sus entrañas, entrañables». Seguimos paseando por la quinta dimensión hasta que me hizo traspasar el umbral del país de las maravillas. Mis ojos se extasiaban en el paraíso y, a veces, de soslayo, me embobaba por aquella belleza inefable que no puedo, ni siquiera a día de hoy, transcribir.
Nos perdimos en palacios de cristal, vimos danzar a un cisne negro y bailamos con él, casi salvamos al ángel caído, saludamos a los demonios del averno que nos hacían chuecas satíricas con sus mohines enmohecidos. Nos reímos de aquellas muecas pueriles y, de paso, rociamos a Hades con polvo de alegría que le provocó alergia. Salimos corriendo estallando en risas, pues sus estornudos parecían estertores. Nos lamentamos por aquella soledad no elegida, la suya, una condena que lo discapacitaba. «Pobre tullido, pobre minusválido, qué desgraciado debe de ser, una eternidad riéndose del mundo y el mundo riéndose de él. Estas almas divinas que lo van abandonando a medida que sus arremetidas lo convierten en payaso». Nosotras nadábamos en la abundancia mientras el agua nos cantaba que «Hay hormigas y hay homigones y uno no puede ser el otro».
Dejamos a la fuente con sus chorreos de oro y subimos al Edén donde vimos un rosal para dos flores. Al pan, pan y al vino, vino. Se fue el disfraz de Jorobado y quedose la Esmeralda con el diamante en bruto. Desde lo alto de una roca voladora me tendió su mano y, mirándome muy adentro, me dijo «¿Confías en mí?». Alargué la mía asiendo el ofrecimiento como si no hubiera un mañana. Agua de mayo en octubre, lluvia de estrellas, la traca final nos hizo despegar hasta el infinito y más allá.
En mi tren de regreso recordé el hechizo que conjuré el 7/7/2023, ese portal 777 que se abrió en el universo: invoqué a un amor tan puro, tan responsable, tan real… y allí lo tenía. Murió mi Dios, adiós, y nació en mí la diosa.
Pero eso, eso es otra historia… para otro día.
2023 tambien suma 7 😉
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Por eso el portal 777 ¡JAJAJAJA! Un abrazoOoOoOoOoOoOo
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Claro por eso te lo decía 😀
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Es que durante una temporada bien larga anduve zascandileando por los mundos estos del ocultismo con cultos poco claros. Fue divertido, pero es más el poder de la mente. Los hechizos sirven tanto como los propósitos de año nuevo, para manipularse «fake it till you make it». Sirven pero no es magia, es inconsciente en su máximo esplendor!
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El pensamiento mágico,responde a la idea de control o predictibilidad que sentimos que podemos o podríamos tener sobre acontecimientos presentes y futuros si hacemos u ofrecemos algo a cambio para que se haga nuestra voluntad…no es inconsciente porque tú sabes lo que quieres que suceda y «conjuras» para ello,pero sí es una creencia no madura esa de creer que un «hechizo» tiene capacidad de influencia para que un deseo individual se cumpla,pero es mi opinión ☺
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Pues seguro que tienes razón. Me quité de pensar para empezar a guiarme por algo que no estuviera jodido como una mente demasiado pensadora. Un abrazo!
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Otro de vuelta ❤
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Vivir en la abundancia es una decisión que sólo nos compete a nosotros!!! Sea esta entendida y extendida a todos los ámbitos de nuestra vida. Abrazos
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Mucha razón tienes Hanna o por lo menos así lo veo yo también. Uno vive en la abundancia cuando se da cuenta de la suerte que tiene de tener lo que tiene, sin compararse con nada ni con nadie. Supongo que respirar ya es suficiente, pero por si fuera poco disponer de agua potable con un solo gesto, salud, comida al alcance de la mano, libertad en cierta medida entendida como «hago lo que quiero y yo decido sobre mi presente»… el secreto está en cambiar el referente y el punto de vista. En vez de decir «no tengo» girar el no. «Tengo». Así de fácil y, a veces, así de complicado. Un abrazo.
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Así es!!! Un giro de perspectiva, pero como bien dices complicado en muchas ocasiones! Abrazos y feliz fin de semana
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