Me paso por aquÃ. PodrÃa decir que he vuelto pero ni siquiera serÃa verdad. Publico porque no me queda más remedio. El vacÃo que llevo por dentro se está acrecentando dÃa tras dÃa y no veo otra solución que la de volcar ese pesar aquÃ, en este papel absorbente.
Escucho Nick Cave y me devuelve un contacto con la realidad. La realidad que es de verdad, el contacto con un yo interior y profundo del que nos pasamos la mayor parte del tiempo desconectados por ser demasiado certero. Ese yo que nos indica que todo es pasajero, que nada importa realmente a parte del momento presente, que hagamos lo que hagamos estamos condenados a no ser nosotros mismos porque la propia identidad representa una amenaza para el poder.
Nick Cave me devuelve esa tragedia convertida en un sonido envolvente, de fondo… «keep on pushing» me dice «push the sky away». Es exactamente eso, yo ya tengo todo y no quiero nada más, tengo todo lo que vine a buscar y no quiero nada más… pues keep on pushing, push the sky away.
No tengo la menor idea de qué habla la canción pero eso es lo maravilloso de las letras de Nick. Todo puede llegar a ser de libre interpretación en función del momento vital en el que uno se encuentre. Un artistazo, ojalá existieran otros como él pero sin duda, cada vez son menos los genios y abunda la porquerÃa.
Ya no sabemos distinguir. Ya no nos paramos a distinguir porque significa que hay que reconectar las neuronas y dejar el piloto automático. Pues sÃ, yo también. Todos estamos apretados por el tiempo, las deudas, las deudas en el tiempo… y demasiadas pocas las veces que nos pausamos y pensamos en que no tienen sentido. Lo verdaderamente real que uno tiene, es uno mismo y todo aquello que ha conseguido siendo uno mismo. Todos los actos que se hacen y las palabras que se pronuncian desde la verdadera identidad son los que perduran. Todo lo demás es inocuo, dibujos en la nieve y promesas en la arena.
Fin del post. Quizás mañana más, quizás el año que viene, dependerá de cuan fuerte sea el ataque de la nada esta vez.