Quiero que sepas que cada 24 de Diciembre pienso en ti, que sigo recomponiendo tu imagen a pesar de que te fuiste. Tu recuerdo se mantiene vivo y sigues existiendo para aquellos que te conocimos. Nos abandonaste cansado de luchar, demasiados años ya en el ruedo.
Recuerdo el cuidado con el que me tratabas, las buenas palabras y esa mirada profunda y hastiada de un mundo en el que tuviste que entrar pero al que no pertenecÃas. Supiste hacerte un lugar o te adaptaste a lo que habÃa de la mejor manera posible. TodavÃa se dibuja una sonrisa en mi alma cuando te rememoro. Para mà siempre estarás en camiseta interior con el puro en la boca, inconfundible sÃmbolo de rebeldÃa e insubordinación. Honrado, terriblemente austero en tu forma de vivir siempre haciendo que nuestra visita fuese lo más agradable posible. Nos dabas incluso lo que no tenÃas. Gracias por esa bondad.
Pequeño hombrecito menguado por la voracidad del tiempo que la colección de relojes sigue marcando. Gracias por intentar complacerme siempre. Se me inundan los ojos cuando intento sentir el dolor de toda tu vida.
Hoy tomaré un whisky a tu salud. A palo seco para que queme, para sentir que todavÃa sigues vivo. Y con estas lÃneas decirte que aunque no estés, permaneces intacto en la memoria de los que te quisimos.