Para empezar un whisky. Un whiscazo a palo seco, sin rocas dentro que lo diluYan. Sentir la madera y el ardor en el esófago. Sentir el aroma y el calor en el cuerpo.
Empieza la sesión recordando un escrito Yo necesito… fin del programa. Era una primera pincelada, incipiente y sobre todo incompleta. Tan sólo rocé la punta del iceberg con la yema de los dedos. Ahora sin ti y de nuevo contigo explotan los sentidos y la clarividencia se abre paso ante la duda inicial.
Las primeras sensaciones del día son importantes, cruciales y vitales y por eso es bueno dejarlas por escrito. Todo es importante, el más mínimo detalle puede ser valioso. Si no lo hacemos, los detalles se pierden en el quéhacer diario, se diluyen, se olvidan e influyen de forma negativa en la buena comunicación con nosotros mismos y con nuestros interlocutores (si lo hubiesen). Por lo tanto, ESCRIBIR EL MÁS MINIMO DETALLE, LA SENSACIÓN MÁS NIMIA QUE PUDIERA ATRAVERSARNOS».
Empecé el artículo diciendo que necesitaba a alguien con una actividad cerebral y lo reemplazo por una mente potente. Necesito a alguien que tenga una mente potente porque sin ésta, cualquier intento de hacer nada en la vida se condena irremediablemente a ser aniquilado por la normalidad. UNA MENTE POTENTE ES LA BASE DE UNA RELACIÓN. Una mente potente que no entienda de fórmulas preestablecidas y que sea capaz de crear su propia realidad sin etiquetas de ningún tipo. Una mente imaginativa apta para engendrar una realidad paralela, SU REALIDAD PROPIA que no deriva de la ya establecida.
También dije que necesitaba ser sorprendida y asimismo sorprender al otro y que era fundamental para mantener la ilusión entre dos. Quiero puntualizar que no sólo hago referencia a parejas sino a cualquier tipo de relación de amistad. La sorpresa es fundamental, la sorpresa ayuda a reinventar una realidad de dos que ya se conocen. La sorpresa implica tiempo de preparación, de pensar en la psique del otro (siempre que se haga desde el otro y no desde uno mismo). Por lo tanto, la sorpresa es dar y es dar altruistamente porque no queremos nada a cambio. Lo único que nos llena es la felicidad del otro. Lo único que me puede llenar es ver la plenitud y felicidad del otro. No obtengo nada material de la sorpresa, todo es puramente sensorial. Por eso es tan sumamente importante mantener viva la sorpresa.
Dije que quería a alguien que me descifrara, que me comprendiera y que quisiera conocerme pero conocerme de verdad. Lo corroboro y amplío. No sólo es el conocimiento del otro sino que lo que importa es que sea de verdad. LA VERDAD. NECESITO LA VERDAD. Es complejo de explicar porque no sólo es la verdad en las palabras que se traducen por los hechos sino la verdad en cuanto a profundidad. Las bases reales de uno mismo. La propia Biblia. Sólo estando en contacto con nosotros mismos lograremos la verdad y un modo de funcionamiento único que es el nuestro y todo lo que derive de él será 100% nosotros mismos. Nuestra lógica y no la lógica de nuestros padres (que nos han enseñado a funcionar en un mundo real) o la lógica social que es la que se impone desde el exterior. Lo que somos, nuestro «yo real», será el que imponga su lógica y, al descifrarla y respetarla, seremos felices y estaremos bien con nosotros mismos. Sin presiones, sin nudos en el estómago sin caídas libres ni anhelos de ningún tipo. Es así de importante tener a alguien al lado que nos descifre, comprenda y quiera conocer nuestro «yo real».
Y lo primero que tenía que averiguar y aceptar es que soy un ser EMOCIONAL. Aceptarlo porque siempre he pensado que soy absolutamente racional y porque para mí el ser emocional es un handicap y una muestra de debilidad. NO y rotundamente no. Ser emocional significa que me guío por sensaciones y que lo primero son las emociones. Ser emocional implica primero sentir y después analizar. Al llegar a un lugar nuevo me recorren un tipo de sensaciones por ejemplo, los olores que pueden despertar emociones del pasado (está ampliamente documentado el cómo influyen los olores en el recuerdo). La luminosidad, la limpieza, el color de las paredes, etc. Todas estas cosas crearán unas sensaciones determinadas que posteriormente, con la calma, serán analizadas e incorporadas a nuestro catálogo interior. Nos descubrimos, aprendemos y crecemos gracias a las emociones. Y no, no como todo el mundo, no todas las personas funcionan del mismo modo, ni con la misma frecuecia ni con la misma intensidad.
Por todo esto la necesidad de compartir es tan acuciante y necesaria. Al compartir explotan las sensaciones, las emociones y aprendemos a pasos agigantados. Cuando el compartir se origina en la realidad y que es de verdad florecemos al máximo. No existirá más bella flor que nosotros mismos al compartir desde la realidad nuestros propio yo. No habrá más hermosa rosa que la nuestra propia y real en su máximo esplendor. No será una suma de soledades que caminan en paralelo sino hilos que se entremezclan y se enredan para formar un ovillo cada vez más grande. Y cada hilo estará en contacto con el otro en tantos puntos que un tema tocará otro y otro y otro más y cuando hablemos de hilos estaremos hablando de ramas y por las ramas anda la verdad y la realidad de nosotros mismos. Por las ramas porque son los detalles más insignificantes los que nos pueden desvelar nuestro «yo real».
Estoy de nuevo floreciendo, siendo yo, mi yo más profundo y real. El que no necesita de nada. El que no quiere ni desea y el que rechaza la mentira, la vulgaridad y superficialidad por encima de todas las cosas. Soy de nuevo la que se sienta en la silla de un bar frente a ti y comparte su interior en conversaciones a la que les faltan horas y que los años no diluyen. Soy la que se deja ayudar y la que ayuda, la que necesita ayudar sólo para verte bien aunque tú estás bien. Soy de nuevo la que habla desde este mundo nuestro, el que creamos hace tanto tiempo y que permanece apartado de la miseria que el paso del tiempo va sembrando. Todo muere menos esta parcela de realidad que tanto necesito para ser yo y tú para ser tú. Porque no somos pareja ni queremos serlo porque no somos amigos ni lo seremos. Porque no hay en el mundo palabras para describir lo que COMPARTIMOS que es real y sólido. Porque no hay etiquetas ni las queremos. Porque equipo se queda corto. Admiración, devoción, referente, centro de gravedad, constante, horizonte, mis 4 piernas. Porque contigo todo es posible aunque no lo sea y no pase. Porque desde este punto nuestro la imaginación no tiene límites, los planes no tienen barreras, no entendemos de egos ni ismos ni verdades a medias. Porque se opera desde la voluntad del querer y no desde la necesidad del yo. No se impone, se respeta porque las esencias se comprenden y completan. Porque los detalles importan y el orden de las palabras en el discurso se analiza y se llena de significado. Los cuidamos porque son nuestra base.
Por un millón de cosas más e infinitas que habrán, cógeme de la mano que nos vamos lejos de aquí sin movernos del lugar. «Si vas a venir conmigo AGARRATEEEE EEE EEE!»
¡Empieza la sesión!