NO, NO, NO Y NO. No aceptao más mi situación. Llevo arrastrándote demasiado tiempo ya. ¿Realmente soy yo la que arrastra o me veo yo empujada a situaciones que no me corresponden? Soy una ilusa por pensar que soy yo la que lleva la batuta cuando en realidad acabo siendo la manipulada. ¿Por qué? ¿Por qué siempre termina todo así? ¿Son acaso todas las relaciones de pareja así de tensas? No comulgo con el obligar o el imponer ritmos a los demás. Cada uno tiene el suyo propio y si coincide con el mío mejor.
No coincide, nunca ha coincidido pero eso no me importaba porque pensaba que nos unía algo más fuerte. Cuando echo la vista atrás pienso ¿Qué? ¿Qué era aquello tan fuerte y totalmente inexistente? Un espejismo. Una ilusión fundamentada en las bases equivocadas. No digo que me mintieras a posta, por lo menos no quiero creer que así fuera. Creimos tener algo en común, estuvimos convencidos de poder construir algo sólido, compartir sin pedir nada a cambio. No ha sido posible y me niego a continuar en esta relación que me está mermando y ahogando. Porque la sensación de sofoco es demasiao fuerte ya.
¿Por qué he aguantado tanto tiempo? Por no saber cómo deshacerme de ti, soy tan honesta como me es posible. A pesar de todas las charlas, y sabes que la hubo, a pesar de todos los malos momentos aquí seguimos pero no es por amor, no confundamos los términos. Amor es cuando yo te digo «no estoy bien» y tú te sientas a mi lado y me preguntas, te interesas por mí. Amor es que si dejo de hablar(te) te preocupes e intentes indagar. Amor es lograr penetrar mi psique, acariciarla y cuidarla porque soy fuerte pero me dejo llevar con demasiada facilidad. Amor es saberlo y no aprovecharse de esa debilidad mía. Amor es compartir al desnudo, revelarse ante el otro, desvestirse poco a poco. Amor es respetar las necesidades del otro, sus tiempos, su espacio.
Amor es dar, recibir pero también es saber pedir sin tener el sentimiento de que uno está siendo egoísta.
No puedo más con esta situación pero no veo la manera de desprenderme. Las veces que te he dicho que lo quiero dejar, no sé cómo pero siempre acabo arrepentida cuando tengo claro (y este blogg es testigo de ello) de que hace ya tiempo que la cosa no va. Y sigue sin ir a pesar de haberme metido en la cabeza que son tonterías mías. Basta ya. Si me siento atada es porque no va. Si me ahogo es porque no va. Y punto. Lo que me ocurre es que al compartir espacio contigo no puedo echarte. Las veces que te lo he explicado, no sé cómo pero hemos acabado de nuevo en este punto. La única vez que te pedí que te fueras llegaste a recoger tus pertenencias pero te paré ya casi en el umbral de la puerta, o no… o tardaste demasiado en recoger, arrastrando la situación a sabiendas que el tiempo que te demoras son puntos para ti porque soy débil. Yo no tengo donde ir, estoy encerrada. Esta es mi casa y no tengo escapatoria pero ¿tú? Yo en tu lugar ya no estaría desde el primer síntoma de no funcionamiento. Si hay posibilidad de salvar la situación es seguramente no dejando que la relación muera sino matándola. Cuando hay que amputar, se amputa para salvar al sistema de la gangrena. Las veces que he intentado cortar, no me ha sido posible. Y no puedo más. Ahora todo es soportable porque mi mente está DISTRAIDA con otras cosas, otros problemas diarios pero está claro que de volver a compartir la soledad contigo esto se va a ir al garete porque no puedo soportar más tus cosas. Tu ritmo, tu parsimonia y todo cuanto ya he expuesto anteriormente y que jamás has llegado a leer.
Sólo tengo que encontrar LA MANERA de desaparecer mientras te vas. No puedo presenciar el distanciamiento físico, me duele, me duele mucho pero sé que si me alejo y no te veo todo será mucho más fácil. Es por eso que tengo que desaparecer hasta que desalojes tus cosas de mi espacio. Es tan sencillo que no entiendo cómo no he podido verlo antes. Y ahora que tengo la clave del éxito, necesitaré un plan de acción. Creo que es inminente y tenemos las horas contadas.
Y quizás pueda parecer una cínica sin escrúpulos, una cobarde que huye de la confrontación. Me da igual lo que parezca. Esto no es así. Cuando ha habido que hablar de cosas serias siempre he sacado yo el tema aunque llevara una semana sin dirijirte la palabra. Un «¿qué te pasa?» no es suficiente porque no se acompaña de hechos ni se escolta de tiempo invertido en saber realmente lo que ocurre. No me vale, no me sirve porque las cosas siguen igual y cojean siempre de la misma pierna. No me sirve. No lo quiero. No puedo más ni quiero más. Lo siento por ti pero tampoco siento que te abandono, tiempo hemos tenido, quizás faltaron las ganas, la voluntad u otras cosas que ahora ya no importan.