Lucero de mi alba, tu brillo me guÃa hacia mÃ.
Hacia ti navego sin ceguera con el viento a favor
En nosotros se funden el cielo y el mar
Horizonte difuminado por un polizonte
que borra sus huellas al pasar por nuestro despertar
Lucero de mi noche, reconfortante presencia
La brisa marina del ocaso me trae tus efluvios
Y tu aroma capitanea este velero mÃo tantas veces a la deriva
Derribando ahora los muros de contención sacrificada
Liviana y desprovista de equipaje deshice las maletas al verte.
Lucero de mi vida que espanta las sombras de la vulgaridad
Todo en derredor resulta en un exceso del demasiado innecesario
Una palabra bastó para incendiar el verso de la prosabilidad
Recreamos planetas inexistentes, mundos paralelos para listos
Surcamos los insondables mares de nuestras afinidades infinitas.
Lucero de mi esencia, cierra los ojos y préstame tu alma,
Que se (a)lÃe con la mÃa,
aleatoria-mente sin aleatoriedad,
Aleación titánica, inquebrantable
Paradójica alianza universal
donde lo que jamás empieza, no puede terminar
donde la nada y el todo son parte del nunca
donde siempre el tú he sido yo
donde mi yo fugazmente eterno has sido tú
desde que el mundo fue, es y será.
Lucero de mi alba, de mi noche, de mi vida, de mi muerte
Te espero con las manos llenas
El corazón alegre y sonriente
completa y desnuda
solo yo
AsÃ