Íncubo, materia oscura, humo que me despierta en la nebulosa de la noche
Sin detener la hora, solo el tiempo y mi ferocidad
Tu desvergüenza no conoce de horario ni de honor ario, agrio
Son las 3.33, las 4.44, las 5.55, tengo el cuerpo empapado
Mi duermevela me vela con su llama constante
No logro conciliar el sueño hasta las 6.66 cuando el alba desquicia
La última imagen de ti aún asoma a un centímetro de mi cara
Esboza una mueca deformada, una sonrisa sin alma
Ahogas en una nana cruel las ganas de abrazarme
Ya en tu habitación donde tanto nos imaginé, nos vi y estuvimos
Al borde de tu cama, mi debilidad recoge tus manos entre las mías
Te tomo la palabra, la intención: vamos a ser mejores amigos, curarnos, cuidarnos
Te miro desde uno de los surcos de mis entrañas, ventanales de dolor
Quiero creerte, crearnos en un recreo, en un descanso, en un suspiro
Mis manos te rodean el rostro, clavo en la tuya mi mirada
Me acerco, te beso como no beso a nadie
Nadie está celoso
Te digo «¿Quieres ser mi amigo?
Me dices «eeeee aaaaaaoooo»
Oigo «te amo»,
«o»
Punto en seco. Tus palabras y las canciones ya no son para mí.
Son las 3.33, me levanto empapada, me vuelvo loca
Pensando que te he besado, loca
Soñando que me has amado, duele
Y, sin embargo, son las 5.55 y todavía nada, ni sueño, ni beso
y estas líneas… estas putísimas líneas
que me mantienen desvelada,
duermevela
duérmete niña
mi nena
Son las 6.66
el despertador sonó a las 8.88
Hace ya casi dos años