Terapia #3: Los mecanismos de evitación del ego a pesar de la consciencia de los mismos. El parloteo, el hacer, la dispersión para evitar la profundidad.

«Lo que niegas te somete, lo que aceptas te transforma. Aquello a lo que te resistes, persiste»
– Carl Jung –

No hay mejor cita como preámbulo para hoy. Un escrito imperfecto y atropellado, sin florituras, parco, seco y directo porque los circunloquios me sobran y disfrazan la realidad.

Me sentía tranquila, ¡Cómo es el autoengaño! Es esto que nos decimos a nosotros mismos mientras nuestros actos traicionan las palabras. ¿Tranquila? Uno sabe que no es verdad, un chirriar de fondo impide abrazar la propia mentira.

Me senté en la butaca en frente de él y no sentía que tuviese nada que decirle asi que, por deformación profesional, empecé a hablar de cualquier cosa. Un tema me llevó a otro y aquel al siguiente. Así sucesivamente durante una hora, que es lo que acostumbro a aguantar parloteando de nada. El pensamiento arbóreo capaz de conectar ideas tan dispares como alejadas siempre me ha parecido una maravilla, el alimento de la imaginación además de un privilegio que concede amplitud de miras más allá de los límites físicos. Graciosamente me vi presa de la visión de túnel y, a pesar de sentirme ancha, me había quedado estrecha. En este caso el don arboreo jugó a favor del ego intentando distraerme de lo que no quería decir.

En la neurosis uno es sorprendido en automatismos sin saber que está en uno de esos comportamientos compulsivos. Tal fue el caso. Igual que ocurre con el «hacer sin desfallecer» para parchear, evitar o negar el contacto con lo desagradable, hablar sin parar saltando de un tema a otro aunque sin profundidad ayuda a evitar entrar en contacto con uno mismo.

Aquella sesión se me estaba haciendo más larga que un día sin pan e inocua. El tiempo no quería avanzar y yo no quería soltar aquello que me perturbaba el interior porque «todavía no estoy preparada para afrontarlo» aunque esto sea una creencia limitante.

Es así y está bien. No quiero exponer ciertos temas que me parecen incómodos, pero que tarde o temprano tendré que confrontar porque saldrán por sí mismos. El vómito es imparable, cuando acaece no se pueden reprimir las ganas.

  1. Sigo sin priorizarme por miedo.
  2. Sigo sin escuchar mis propias demandas.
  3. Sigo sin pedir por miedo a perder.
  4. Sigo yendo detrás de los demás, priorizando y comprendiendo su momento porque ellos son lo importante. A veces parecen hacer un pequeño salto adelante y eso me da alegría, me cuento la historia de que a lo mejor tengo que seguir, siempre un poco más. ¿Hasta cuándo? Tener más paciencia, más delicadeza, ser menos impulsiva, menos impaciente, no esperar nada, tener menos necesidades.
  5. Sigo pecando de buenista que nada tiene que ver con la bondad.

Y todo esto está muy bien y me dignifica porque sí, estoy aprendiendo a ser paciente, a no esperar, a observar mi comportamiento en función siempre de lo de fuera. A veces me veo fregando el suelo con mi orgullo, mi autoestima se diluye para servir de trapo y seguir frotando la mierda que queda sobre la encimera. Me siento pequeña y se abre un abismo entre la imagen de dentro y la imagen de fuera. No me veo fuerte, ni razonable ni inteligente. Me siento pequeña, mendiga que acepta todo con tal de llamarlo respeto aun sabiendo que el respeto empieza por uno mismo y que brilla por su ausencia.

No es momento. Procrastino. Mala señal. Parlamento conmigo: «si esto…, entonces aquello». En el fondo tengo miedo de sufrir porque ya ha pasado demasiadas veces. Se acerca el precipicio y el vértigo asoma, soy incapaz de saltar al vacío. El exceso de futuro me abruma porque con tanta proyección desde el pasado no puedo ver con claridad que no es la realidad, ni será la verdad de lo que ocurrirá.

Evitar exponerlo en voz alta es desviar la mirada, pero poco a poco la verdad va picando a la puerta. Es como un proceso de duelo en el que la negación se presenta vestida de rabia dando paso a la tristeza. La negociación con el destino aflora para terminar sintiendo que nada importa y que no hay negociación posible, que lo que hay que hacer es «dejar ir» y confiar en la vida.

«Confiar en la vida» sí, eso mismo. Soltar amarras, amargas, amarres, amares y demás.

6 comentarios en “Terapia #3: Los mecanismos de evitación del ego a pesar de la consciencia de los mismos. El parloteo, el hacer, la dispersión para evitar la profundidad.

  1. Avatar de अनत्ता 光 心
    अनत्ता 光 心 dice:

    👇👇👇👇👇
    «En el fondo tengo miedo de sufrir porque ya ha pasado demasiadas veces».
    👇👇
    «Se acerca el precipicio y el vértigo asoma, soy incapaz de saltar al vacío».
    ¿Proyecciones, miedos, etcétera?
    El futuro (un futuro perfectamente determinado y concreto) NO EXISTE.
    El pasado, hablando en propiedad, (YA) NO EXISTE.
    Si miramos dentro de la mente ya la cosa cambia.
    Solo existe INTELIGENCIA (siempre) en el presente.
    🙏

    Le gusta a 1 persona

    1. Avatar de elrefugiodelasceta
      elrefugiodelasceta dice:

      A pesar de que el futuro no exista ni tampoco lo haga el pasado, el humano es humano y resulta complicado no imaginar desde la mente, por muy trabajado que esté todo. Hay que aceptar que es parte de la vida tirar de la proyección. Una cosa es el saber que esto no está siendo real y otra cosa es el sentir. Ambos siempre van por derroteros diferentes y tratar de que corran en paralelo es focalizarse en el presente. Para ello, son necesarios años de meditación y contemplación de uno mismo. Asumo que el miedo es, está y estará. Gracias!

      Me gusta

  2. Avatar de beauseant
    beauseant dice:

    nunca se me ha dado hacer inventario de lo que soy, siempre tengo cuentas pendientes, un borrón en mi mejor caligrafía… siempre me comparo con los mejores que yo y siempre desaparezco en la foto final al hacerlo… me acuerdo de Mafalda cuando decía que nadie es un Sherlcok Holmes de sí mismo…

    Le gusta a 1 persona

    1. Avatar de elrefugiodelasceta
      elrefugiodelasceta dice:

      No se trata de hacer inventario, sino de observación para dejar de hacer lo que te perjudica. Ir viendo paso a paso tus reacciones, dejar precisamente de identificarte con la idea que tienes de ti mismo, dejar de compararte porque cada uno es de un padre y una madre… quizás en tu caso dejar de desaparecer de la foto final…

      Me gusta

      1. Avatar de elrefugiodelasceta
        elrefugiodelasceta dice:

        Ese yo cobarde y procrastinador… Todos tenemos uno así aunque nos jactemos de que nosotros no… Un huevo, en el fondo el miedo es una emoción que nos ha ayudado a llegar hasta aquí así que la conservamos. Las excusas…jajaja! También comúnmente utilizadas y nada es realmente necesario, solo lo es cuando dejas de poder vivir contigo mismo y boicoteas aquello que realmente quieres. Cuando el sufrimiento se hace insoportable entonces hay dos caminos posibles cambiar o morir.

        Me gusta

Replica a अनत्ता 光 心 Cancelar la respuesta