«Nadie puede llevar una máscara durante mucho tiempo. Lo que se finge vuelve pronto a su estado natural.»
– Séneca –
Llegué con el bloqueo respiratorio usual cada vez que me ocurre algo a nivel interno o externo: ansiedad, y no es por exceso de futuro. La no aceptación también la produce. Estamos acostumbrados la una a la otra, pues desde hace unos años transita conmigo al menor indicio de peligro, cambio, desajuste.
Está siendo, nuevamente, una época complicada de gestionar por los acontecimientos externos totalmente ajenos a mí. No doy más, lo he dado todo, lo he intentado todo, he tenido una paciencia de santo y aún así, la cosa no fluye. La única que da y se desdibuja adaptándose soy yo. El desequilibrio se impone y nadie quiere dar su brazo a torcer. Será que no intereso lo suficiente y las razones no las comprendo a pesar de comprenderlas lógicamente. No estoy de acuerdo con las razones, algo no acaba de cuadrar.
Me doy cuenta de que sobrepienso en algo que en nada me atañe. Me suena a mentira infantil, a miedo, a mitomanía. Paro de pensar porque el próximo paso es sentir que se han estado mofando de mí, que he sido como un entretenimiento hasta que he pedido algo para mí por necesidad.
No hay nada que comprender. La agenda secreta de cada uno la conoce solo la persona que la escribe. Tengo muchas teorías, todas ellas me ahogan. Prefiero no pensar y para no pensar tuve que cerrar los ojos y enfocarme en esta misma sensación de ahogo.
-¿Cómo es?, me preguntó él
-Es como un embudo que empieza en el pecho y cuyo vórtice se entierra en la base del vientre. Como si fuera un agujero negro. Tiene ramificaciones que se extienden por las extremidades, como un sistema venoso paralelo al de mi cuerpo. El corazón palpita con más fuerza y me invade un miedo que sube hasta la garganta. De repente, las palpitaciones crean un puente entre el corazón y el agujero negro y disminuyen de intensidad. Me invade una sensación de bienestar cuando esto ocurre.
– Sigue describiendo este agujero. ¿Cómo te hace sentir?
– Inválida, incapaz, insuficiente, pequeña, como una niña que necesita que la abracen.
-Dale la bienvenida a esa sensación, estate ahí un rato, mírala detenidamente y dile que está ahí para ella. Que no te vas, que no la abandonas, que puede contar contigo siempre que lo desee. ¿Te avergüenzas de ella?
-Sí. Me da vergüenza que otros puedan ver lo frágil que soy y lo sobrecompenso con el descaro, la agresividad y la rabia, pero en realidad me da vergüenza que vean mi fondo extremadamente tímido y sensible. Tengo que protegerlo de las miradas ajenas y eso lo logro creando una pared mental llena de creencias autolimitantes, ideas preconcebidas que apoyen estas limitaciones.
No soy de lágrima fácil y, sin ambargo, lloré desconsoladamente al darme cuenta que, como cierto lector, yo también desaparecía en la foto. Sostenía la imagen de todos los que me acompañaban, pero yo no posaba con ellos. Comprendía los egos de cada uno y me decía «¡Pobrecito! es que no sabe cómo hacerlo de otro modo» «¡Pobrecita! es que no puede sino reaccionar»
Sostengo, aguanto, comprendo, pero mi imagen está ausente. La niña desaparece porque otros se priorizan.
Abrí los ojos comprendiendo que toda mi vida había estado buscando abrazos de los brazos equivocados. Allí estaba mi terapeuta y le dije:
-¿Me puedes abrazar, por favor?
Se levantó y me enganché a él como si no hubiera un mañana. Rompí a llorar y los espasmos me contorsionaron el cuerpo. Supo sostenerme desde el desinterés, solo por humanidad y compasión. Le dolía mi dolor igual que a mí me duele el dolor de los demás. Esto es lo que ando buscando, conexión profunda bajo cualquier formato. La obtengo de mis amigas, del terapeuta, nunca de los hombres, salvo contadas excepciones.
– A lo mejor ya no necesitas hacer todo lo has estado haciendo durante tu vida, a lo mejor ya puedes cambiar.
No té res a veure amb la teva entrada, però…
«Marvin», la història d’una gateta…
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Doncs m’ho miro, merci!
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Muy muy reconocida en tus palabras.
Por que nos avergonzados cuando «lo bonito» lo hacemos nosotros? No lo entiendo. La vida debería ser al revés pero no, aquí estamos sufriendo por algo que hacemos como debe hacerse.
Si, quizás es el momento de cambiar.
Gracias por compartir y un abrazo de esos que necesitamos tanto.
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Buenos días Moly! Muchas gracias por compartir, y por ese abrazo que tan bien le sienta al alma. No creo que todo lo que hacemos se haga como «debe hacerse». Nosotras compartimos heridas de base y por ello necesitamos ciertas cosas que otros, con heridas diferentes, no necesitan. No pasa nada, tenemos que elegir a aquellos que nos puedan dar lo que necesitamos pero solemos recorrer a aquellos que nos provocan la necesidad ¿Por qué? Porque solo de esa manera podemos darnos cuenta de la necesidad y arreglarlo, si es que existe arreglo (que no lo tengo claro). El darse cuenta permite el dejar de buscar lo que nos hace reaccionar… en fi… es el cuento de toda la vida desde que el hombre es hombre. Antes no era tan complicado porque teníamos una esperanza de vida limitada y el objetivo era asegurar la descendencia pero ¿Ahora?, ahora no tenemos tal problema, el foco de atención se ha desviado. Otro abrazo bien sentido para ti!
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Muy de acuerdo, de nuevo, contigo, amiga. Mi problema es que no sé elegir a aquellos que me pueden dar, me equivoco constantemente incluso cuando digo eso de «ahora si que si». Pero tienes toda la razón en la explicación que das, totalmente cierto.
Muchas gracias por tu comentario, siempre me toca dentro. Un abrazo fuerte
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Moly! «ahora sí que sí», no sabes cómo me suena! JAJAJAJA hasta que no solucionamos nuestro pasado seguimos repitiendo patrones.
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Algún día, no crees? Algún día llegará alguien que diga..»tu, eres tu».
Un abrazo amiga
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Yo paso de esperar nada ya. Estoy cansada de las tonterías. Me cansé de los juegos, de las esperas, de las mentiras, de la falta de responsabilidad afectiva, de los que quieren pero no pero sí pero no… uf… paso paso y paso. Quizás algún día exista algún adulto que no dispare la dependencia y que se tome las cosas en serio, que cuando hable, lo haga en serio… en fin… Un abrazo!
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Ole ole ole…. te juro que he hecho un pantallazo de tu respuesta y me la voy a aplicar, las veinte veces al día que pienso gilipolleces y en mi corazón roto. Mil millones de gracias, de verdad.. grandiosa…
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Me parto contigo! Pues ole! Me alegro que estemos en sintonía!
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Muchas gracias por brindarte y brindar tu experiencia, comparto contigo parte de este relato.
Gracias de nuevo, me aporta mucho. Un abrazo🤗
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Buenas Rosario, gracias a ti por pasarte por estos humildes lares. Un placer que aporte, para esto se hizo. Un abrazo grande para ti!
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