«Vemos las cosas, no como son, sino como somos nosotros»
– Immanuel Kant –
Estamos agilipollados perdidos, hablo por mí y por todos los niños y niñas que se quedaron en las etapas del desarrollo mental inicial. Suspiros pos imposibles, cuentos de hadas, fantasía ilimitada, vivir un cuento, no querer poner los pies en la tierra y alimentar una estúpida y dolorosa irrealidad que, tarde o temprano te explota en la cara porque los sueños, sueños son.
Cuando las esencias no concuerdan, cuando el deseo de los unos es zambullirse en sí mismos y crear lazos afectivos fuertes y duraderos y el deseo de los otros es la impermanencia e insustancilidad, la cosa no puede, bajo ningún concepto, mantenerse por mucho tiempo.
Es así como en ambos casos, se frustran las necesidades y se cae en un círculo vicioso de «corre corre que te pillo», un estira y afloja, pues el roce hace el cariño y se activa el prurito de los apegos. Mejor no empezar una historia que no llegará a parte alguna más que al dolor. No obstante, si nunca se empieza, nunca se descubren las sombras, las heridas del pasado ni se ve hasta qué punto somos niños heridos. Si nadie nos rompe, si nos preservamos del contacto por miedo al dolor, no podremos indagar y reparar el daño que llevamos dentro y nos impide ser lo que hemos venido a ser y a hacer.
«Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y lo hace. La gente que cultiva sus sueños hasta que esos sueños se apoderan de su propia realidad.»
– Mario Benedetti –
Parece que la vida es una constante negociación entre lo que queremos, los que nos dan y lo que nos merecemos… por eso son tan importantes los sueños, son nuestra vía de escape, por eso no hay que perderlos nunca.
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Los sueños si son producto del capricho, son una mierda porque no los necesitamos sencillamente están porque tengo la rabieta y es lo que quiero porque lo quiero y lo vuelvo a querer. Caprichos de nenes, ridículo y enfermizo. Es lo que hay.
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Suscribo cada palabra. Me he visto tremendamente reflejada en tu texto; magnífico.
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Claro, te pasa lo mismo que a mí, tienes el mismo agujero que yo, la misma herida y sientes lo mismo y de la misma manera. La matemática psicológica. Cuando te leo, me leo.
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El mismo agujero y la misma herida; tienes toda la razón. Investigaré sobre la matemática psicológica, no la conocía. Gracias por la pista. 😊
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Hey! JAJAJAJA, no existe la matemática psicológica como tal quiero decir… si te paseas por mi blog encontrarás seguro cosas que te pueden interesar, por ejemplo las heridas de abandono, la dependencia emocional, etc… Un abrazo y gracias
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Ay, madre, pues me lo había tomado al pie de la letra, jajajajaja. Lo que estoy vicheando en tu blog me encanta, así que te tomo la palabra para bucear más por él. Un placer conocerte 😊 Un abrazo grande. 🤗
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Yo llevo semanas leyéndote. Un abrazo.
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¡Gracias por leerme! Ha sido un regalazo encontrar tu blog, es magnífico. Un abrazo.
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Gracias a ti. Aquí estamos para compartir desde la experiencia y solo así, encontrando las palabras propias en las ajenas, se puede ver uno en el espejo. Yo me he sentido extremadamente identificada contigo, la misma fijación, el mismo dolor, la misma herida y los mismos suspiros. Para cualquier cosa, aquí estamos. Un abrazo.
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Muchísimas gracias, de corazón. Tengo la impresión de que hemos tenido experiencias muy semejantes y por motivos muy, muy similares… Probablemente compartamos también el hartazgo derivado de nuestras heridas.
Quizá de ese dolor y esos (inmerecidos) suspiros que compartimos puedan tornarse en una bonita relación de amistad entre nosotras. Un abrazo enorme. 🤗
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Hagamos pues que triunfe la luz por encima de la oscuridad, las sombras y los espantapájaros. Otro sentido abrazo. Decreto esos lazos de amistad. Las almas afines se encuentran y se reconocen.
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Buen trabajo Asceta 👌🙏
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Buenísimo, yo también me siento reflejada en cada palabra, como Tania. Deberíamos asociarnos las tres.
Me encaja Benedetti, por cierto.
Grande Asceta
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