El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde: R.L Stevenson. Un clásico de la literatura que habla del eterno dualismo del hombre y concluye con un sorprendente (aunque no tanto) mensaje.

Hace ya tiempo que me propuse leer todos los clásicos, los que pueda. Primero porque encuentro en la literatura contemporánea, la del nuevo siglo, una molesta ligereza y un proverbial empobrecimiento verbal que no me satisfacen y, más aún, me ofenden. Me siento como uno de esos vestigios del pasado con un hambre de acopio de palabras y figuras de estilo que sigue siendo voraz. Encuentro aire y vacío en la literatura de hoy y me parece ridículo que se tache de buen escritor, aunque no diga nada trascental, a quien emplea una palabra bien sonante. Me enferma la estupidez a la que nos han llevado…en fin.

Segundo porque los clásicos tratan, en la mayoría de casos, de esas cuestiones que acechan al humano desde que el hombre es hombre y cuando no existía instagram no había más cojones que escribir un libro para plasmar tu desazón sin aspaviento alguno. O lo escribías bien o no había tutía. Los grandes escritores de ayer habrían sido los grandes influencers de hoy, o no. Tiempo atrás, pocas distracciones se desplegaban y quien no mataba moscas con el rabo, escribía.

Tercero porque me gusta decir que he leído a tal o cual autor… es así. Me gusta darme el piste que no es más que alpiste para el ego, lo importante es reconocerlo. Me siento más inteligente si leo a los de antaño y muy siceramente porque nada de lo que ha caído entre mis manos a día de hoy me ha entusiasmado (propia vivencia).

Pero yendo al lío… Es este libro, ¿Cómo decirlo para que no suene pedante?, a pesar de ser un clásico no deja de ser una historia de misterio cuyo último capítulo da muerte a todos los enigmas. ¿Qué quiero decir con esto? Que no me gusta. Tampoco son de mi agrado las novelas detectivescas cuya trama se teje con la mera exposición de los hechos y finalmente se destapa el pastel. Sencillamente, me aburren. No tienen nada de malo, es algo que me resulta insoportable y que a otros les maravilla.

De la narración destaco, no obstante, la facilidad de su lectura. Ningún pasaje se encalla, todas sus líneas fluyen y confluyen naturalmente. No hace falta tomar aliento, reposar el mensaje porque no lo hay. El relato de los hechos es lo que es y punto. Reconozco el estilo policiaco que tanto aborrezco.

No es hasta el último capítulo donde se tiene información sobre la moralidad del personaje y donde aparecen, aunque tímidas, las diatribas internas que, en este caso, permanecen superficiales.

Del libro destaco, por encima de la historia misma, la introducción de Manuel Garrido. Es la que realmente me ha hecho disfrutar adquiriendo sentido aquello de «como es afuera es adentro». Debe ser su autor un indagador profundo pues está plagada de notas al pie de página y dobleces que pretenden darnos a conocer el interlineado de una historia que, a mis ojos, no lo tiene.

Me da la sensación que son más los estudios que se han llevado a cabo sobre esta novela los que han pretendido buscar los tres pies al gato que la novela en sí. Stevenson gozaba de nacionalidad odiosa y llanera. Los que me conocen saben de mi aversión por el estilo inglés que nada aporta, sino ese «contentment» de pusilánimes deshinchados a los que apetecería sacudir con tal de que parieran algo con garbo. Muy al contrario me ocurre con sus vecinos, los encabronados irlandeses que hasta el whisky les sale mejor. Un irish de baja gama será siempre mejor que un scotch medio. Sin hielo y a pelo, gracias.

Se ha querido que «El extraño caso del Dr. Jekyll y de Mr. Hyde» sea un reflejo más (muy enjuto) de algo de lo que los libros de filosofía venían ya atestados. Platón, Aristóteles, Descartes, Popper… todos ellos partieron al ser humano en dos mitades. Me viene especialmente a la mente «El lobo estepario» de Hesse, aunque habrá seguro muchas más que trataron el tema.

De dualismos está la literatura granada siendo este terreno pantanoso, el que separa «lo que es» de lo que «debería ser» el que ha avivado la llama de la incomprensión y la búsqueda de los porqués de dicha brecha a lo largo de la historia.

«La dos naturalezas que contienden en el campo de mi consciencia», quiso Jekyll separarlas artificialmente con ayuda de la ciencia y liberar así a la humanidad sin comprender que ese rechazo de la sombra, la parte oscura del alma, la eterna desconocida, hace que se redoble la tensión entre las partes. La negación de una es forzosamente su empoderamiento.

En palabras de Jung: «Aquello a lo que te resistes, persiste» o, mejor aún, «La separación de la psicología de las premisas de la biología es puramente artificial, porque la psique humana vive en unión indisoluble con el cuerpo». «No hay toma de conciencia sin dolor».

Como se puede leer en las siguientes líneas:
«Elegí la parte mejor, pero me faltó el vigor para mantener esa decisión»

Y del hecho de elegir, la sombra impone sus condiciones y más fuerte se erige cuando es acallada, ignorada o sencillamente negada:
«No es que yo soñara en resucitar a Hyde; no, fue en mi propia persona donde una vez más sentí la tentación de jugar con mi consciencia; y fue como un secreto pecador ordinario como caí finalmente ante los asaltos de la tentación»

Aunque al final, vemos que la sombra, ese ego mal conocido y rechazado por la parte consciente por ser desalmado, sanguinario e inhumano, tiene una razón de ser esencial para nosotros: nuestra protección aunque con el tiempo se vuelva disfuncional y se advierta de sus efectos contrarios a aquellos por los cuales se desarrolló.
«Donde Jekyll quizá hubiera podido sucumbir, Hyde estuvo a la altura de circunstancias.»
«Cuando su vida peligraba, Hyde era una criatura nueva para mí: sacudido por arrebatos de desordenada furia, excitado hasta el borde del asesinaro, deseoso de infligir dolor.»

No fue hasta que Stevenson, en un plano literario, y Nietzsche, en un plano filosófico, propusieran la disolución del sujeto en un sentido que iba más allá del dualismo que se empezó a vislumbrar la posibilidad de que la mente humana fuera «una pluralidad de agentes que contienden entre sí en el teatro de nuestra intimidad». Seguramente la filosofía oriental, el budismo, etc ya lo habrían concluído a través de la mera observación.

Dirá Jekyll en su postrero escrito:
«Día tras día y desde las dos dimensiones de mi inteligencia, la moral y la intelectual, me fui acercando así cada vez más a esa verdad por cuyo parcial descubrimiento he sido condenado a tan horrible naufragio: que el hombre no es verdaderamente uno, sino verdaderamente dos […] me aventuro a conjeturar que a la postre se sabrá que el hombre es una mera sociedad de múltiples habitantes incongruentes e independientes entre sí.»

De esta observación, la más devastadora y certera de las escasas cien páginas que conforman el relato, se deriva la única verdad empírica que hasta la fecha he podido experimentar. El tratar de dejar atrás ese dualismo, desfragmentar el ser o la mente y aceptar que somos muchos dentro de uno, es la única manera de seguir transitando por esta vida de forma pacífica. Lo dijeron muchos, lo dicen todos, lo vive uno, o no lo vive, pero quien llega a esta conclusión desde la experiencia sin que por ello sufra contienda alguna por tener que decidir alimentar a una parte u otra, a la luz o la sombra de nuestro ser, ya puede sentirse en paz y seguir transitando esta vida desde la dulzura y la compasión.

En definitiva… un libro que ni fu ni fa. Las reflexiones vienen de otros lares. De Inglaterra seguro que no.

13 comentarios en “El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde: R.L Stevenson. Un clásico de la literatura que habla del eterno dualismo del hombre y concluye con un sorprendente (aunque no tanto) mensaje.

  1. Avatar de Tania Suárez Rodríguez
    Tania Suárez Rodríguez dice:

    Muy interesante tu reseña. Como te comenté, tengo este libro en mi (interminable) lista de pendientes, así que lo que voy a comentar es fruto de lo que estudié en la universidad y no de una lectura del libro. Entiendo tu postura en cuanto a que puede parecer algo superficial el estudio psicológico de los personajes, pero hay que tener en cuenta el contexto en el que este libro se desarrolló: era industrial inglesa, profundo deseo de ruptura con el romanticismo (como movimiento artístico de exaltación a la naturaleza, lo salvaje y lo sentimental/emocional) y enaltecimiento de la naciente psicología, todavía en pañales en la literatura y la creación de personajes. Aunque el halo gótico todavía permanece en esta novela, estamos ante una obra que pretende reflejar la realidad individual de la sociedad inglesa, esa que vive más en la apariencia que en el fondo (confieso que yo también me inclino más hacia sus vecinos irlandeses, Wilde es un magnífico ejemplo), pero que no deja de ser una crítica social: «yo, como individuo, tengo que anular mi sombra, una parte importante de quien verdaderamente soy, porque no encaja en los modos y costumbres socialmente aceptados; así que renuncio a parte de mí mismo para encajar, condenándome al sufrimiento y a una vida a medias». Probablemente mis opiniones sean discutibles, ya digo que hablo desde aquello que estudié y no desde una lectura propia, atenta y detallada del libro.
    Me has dejado con ganas, así que me lo leeré antes de lo previsto para poder comentarlo contigo.
    P.D.: Coincido contigo en que resultan más interesantes los personajes complejos, redondos y con un desarrollo psicológico más elaborado; sin embargo, a mí sí me gustan las historias detectivescas bien montadas, con personajes interesantes y una narrativa bien construida.
    Gracias por esta entrada, da gusto leerte. 🙂

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    1. Avatar de elrefugiodelasceta
      elrefugiodelasceta dice:

      Ya decía yo que la universidad no puede ser buena y cada día se me refuerza la creencia que ha pasado a experiencia personal.
      Me parece muy bueno tu apunte, siempre tienes en cuenta muchas cosas externas e intentas proveer de sentido externo y reflexión desde la objetividad. Creo que en algún momento yo también fui así (jajajajaja) hasta que vi que querer explicar las cosas en cada contexto da pie a que te la metan doblada y por detrás. Así que no. El libro me parece un churro sea cual sea el contexto. Es pobre y solo tiene la trama. ¿Interesante? Para mí no porque ya sabes lo que valoro por encima de todo. Me parece bien todo eso del contexto histórico y puede explicar muchas cosas, luego está la vivencia propia con el flitro propio. ¿Te gusta o no te gusta? Lo mío no son críticas, para nada, son impresiones personales siempre ancladas en el «yo» al que por fin doy rienda suelta sin tapujos, creo que ahí está la base de la tan ansiada autoestima.
      Si hubiese querido hacer una crítica, probablmente hubiera ido a la universidad JAJAJAJAJAJA
      Te adoro y sé que piensas lo mismo que yo.

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  2. Avatar de beauseant
    beauseant dice:

    Pensaba escribirte un comentario que era un punto medio entre lo que ha comentado Tania y lo que has escrito… Aunque Tania ha sido mucho más lucida que yo, eso seguro 🙂

    Cada libro tiene su contexto, su momento: el histórico, cuando nace y el personal, cuando llega a tus manos. Y la mezcla no siempre es buena, claro.

    Sospecho que te pasa un poco lo que a mi, que te gustan los libros «bien escritos»… No soy de pensar mucho cuando leo, me gustan las imágenes, las emociones y los grandes clásicos de la literatura no siempre lo logran, a veces se quedan en el mensaje.

    A mi siempre me pareció que el libro hablaba de eso, de las apariencias, de las máscaras que nos ponemos para poder vivir en sociedad. Ese morderse la lengua cada vez que quieres ser aceptada en un grupo social. Es verdad que luego han venido un montón de estudios que le han dado más transcendencia de lo que quizás merecía…

    Lo mismo tendría que volver a leerlo… Y, puestos a recomendar, clásico, tiraría por el bueno de dostoevsky que lleva sobre sus hombros todo el peso del mundo 😉

    Un abrazo

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    1. Avatar de elrefugiodelasceta
      elrefugiodelasceta dice:

      Beauséant! Vaya con Dostoievki… joder… si ahora estuviese vivo fliparía con todos sus fans!
      Cada libro tiene su contexto, efectivamente, el del norte nunca fue el del sur sea del tiempo que sea. El humor inglés, esa cultura … huele a eso, contenment y no lo soporto.
      Me gustan, sí, los libros bien escritos de los que pueda sacar tajada en varios sentidos: vocabulario, gramática y reflexiones. Me da igual lo que ocurra en sí, igual que con las pelis… a mi modo de ver la trama es una manera de tener un hilo conductor. Lo que realmente «me pone» es la evolución y la reflexión de los personajes, su crecimiento, sus demonios, sus oscuridades, el porqué de todo…
      Un abrazo!

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  3. Avatar de enelmovimiento
    olgahoras dice:

    Estoy de acuerdo. Cuando algo no interesa, no interesa y es así de sencillo. Aunque a veces se recuperan las lecturas pasado el tiempo y se conciben de otra manera. Sólo una cosilla que añadir sobre Stevenson y es que nació en Edimburgo y se formó en Edimburgo. Supongo que tendrá más salsa que un inglés, eso no lo sé bien, porque me faltaría perspectiva para realizar el estudio. Ahora, eso sí, también yo recomiendo a Dostoyevski, y no se me ocurre decir por qué. Fue mi primer amor de literatura «sesuda» en mis años mocitos y le guardo un inmenso cariño hasta volver a leer sus obras de cuando en cuando. Saludos:)

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    1. Avatar de elrefugiodelasceta
      elrefugiodelasceta dice:

      Olga! No conocí a Stevenson y no sé si en Edimburgo tienen mejor salsa que en Londres. Error mío será el de meterlos en el mismo saco. Como ocurre en los mejores países cada región tiene su toque de humor más o menos acertado.
      Como le dije a Griselda, me adelanté a vuestras recomendaciones con Dosto, mi amigo de hace tiempo. No lo encuentro particularmente sesudo porque su prosa es ligera y fácil de tragar. A veces se me encallan temas porque me la sudan lo más grande, especialmente todo cuanto se refiere a la Iglesia y el papel del estado en esta o viceversa. No sé, son cosas que no me quitan el sueño y yacen con cierto entumecimiento en la memoria de otros tiempos. Gracias por las recomendaciones, siempre tomo buena nota y me aventuro para poder juzgar desde la experiencia propia. Un abrazo!

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  4. Avatar de अनत्ता 光 心
    अनत्ता 光 心 dice:

    No he leído el libro. En cuanto a esa supuesta dualidad inherente a la naturaleza humana… es una dualidad de brocha gorda. Sí, claro, también la he usado y uso y he adoptado esa visión por una sencilla razón: tiene su aspecto funcional, es útil para darnos pistas sobre el ser humano. Pero en realidad no es más que una simplificación. Una teoría más, un mapa más, una explicación más, una interpretación más de la realidad, que es muy compleja y muy simple a la vez. Una simplificación y una aproximación. Incluso la ciencia no deja de ser una simplificación en la forma de explicar e interpretar la realidad. Basta con deconstruir cualquiera de sus explicaciones.
    Esta dualidad puede verse desde muy distintos ángulos: lo racional y lo emocional; lo socialmente aceptado y lo reprimido; lo que es y lo que debería ser; lo mundano y lo espiritual; lo luminoso y lo oscuro. Etcétera. ¿No es así? Explican parcialmente cómo son las cosas.
    Pero como bien dices, la realidad es mucho más sorprendente y desafía a la lógica. Lo has condensado en dos frases: «el hombre es una mera sociedad de múltiples habitantes incongruentes e independientes entre sí» y «somos muchos dentro de uno». Y así es. Esto no hace más que «confirmar» y coincidir plenamente con la visión del budismo, que afirma que el yo es compuesto y en realidad está fragmentado. De hecho, por poner una muestra de ello, el budismo considera que no existe «una conciencia», sino seis o incluso ocho. Cada sentido (vista, oído… ) es una conciencia. Después la mente las integra y hay experimentos que demuestran que es así. Pero más allá del budismo, tenemos este hecho que parece innegable. Por eso, si el ego es una imagen que nos vamos construyendo y la identidad individual un rompecabezas formado por miles de piezas, la pregunta fascinante e importante, para mí al menos, es qué somos en realidad, qué queda si empezamos a sacarle capas a la cebolla o a curiosear qué hay dentro de cada muñeca matrioska.
    Sí, observar todo esto, entenderlo, adquirir sabiduría, integrarlo, autoindagar, vivirlo y liberarse aceptándolo, ese es el camino para mí. Y no es mera palabrería. Por ejemplo se traduce en mirar a la sombra de cara y aceptarla, sin ignorarla, rechazarla, reprimirla, sublimarla, etc. Si surgen emociones, pensamientos, reacciones negativas o violentas o irracionales… lo que sea. (Que dicho sea de paso, jamás he afirmado lo contrario, pese a que pudiera parecerlo). Todo ello es vacuo, carece de sustancia, como en el fondo todos los pensamientos, la misma mente y el dichoso yo. ¿Y quién ve esto?
    ¿Quién? La pregunta está mal planteada.

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    1. Avatar de elrefugiodelasceta
      elrefugiodelasceta dice:

      Buenas! Lejos de todo concepto, de etiquetas y tan solo desde el punto de anclaje interno que proviene de la propia experiencia sin palabras de otros pero las propias: Sí, somos muchos, somos en realidad todo lo que nos permitamos ser. Así, podemos serlo todo o no ser nada (hela ahí la dualidad).
      No sé nada de budismo y mucho de masturbación mental, de persecución inquisidora, de tratar de definir lo indefinible porque «Hay que ser alguien». Pues me la suda, yo no quiero ser alguien, ni nada y lo quiero ser todo. Algunas personas me provocan la ira y punto, algunas ternura, algunas no me provocan nada… y ya está. Estoy en ese punto en el que no quiero buscar más el porqué de esto, aquello o lo de más allá. Budismo o no, estoy pasando por este bache, supongo que volverá la inquisión y la persecución de respuestas. Puedes leer el libro, creo que te dejará frío, en un día te lo comes, es como una monografía desprovista de interés. Si lo lees ya me lo dirás.
      Un abrazo y gracias por tus aportes.

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  5. Avatar de cenizasdeaurora
    cenizasdeaurora dice:

    Sucede con la mayoría de los llamados clásicos, les ha pasado el tiempo porque aunque digas que no te gusta la literatura actual, hace mucho que no se escribe así y estamos acostumbrados ya a otras formas de lenguaje, selecciones de léxico, elipsis, usos de la voz narrativa, saltos cronologicos, etc. Este libro fue una bomba en su época, pero toda esa novedad se ha perdido. Aquí en los comentarios hablan de Dostoiesvki y su permanencia, pero es que D. es un escritor realista, el marco del realismo es mucho mas amplio y abarcador, fue un adelantado total, y, creo lo mas importante sus temas son tan intensos y humanos que traspasan la época, cualquier época y sus personajes son eternos y le tocan a uno el alma. No sé, habría que releer a Balzac, Stendhal, Tolstoi, a ver si han aguantado mejor el paso del tiempo. En Dr. Jekyll… Stevenson puso en literatura las ideas filosoficas más nuevas y atrevidas de la época y fue un hito en el género del horror, eso no es poco, pero es que pasó hace unos ciento cuarenta años!!
    Gracias por abrirnos este debate, Candela.

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    1. Avatar de elrefugiodelasceta
      elrefugiodelasceta dice:

      UAU! Gracias a vosotros por compartir, cada uno a su manera y con sus vivencias, la impresión de las lecturas. Que agradable sorpresa suscitar tantos comentarios!
      Realmente el libro no es que esté pasado de moda, sino que sencillamente es un vahido. Nada de nada, no (me) dice nada. Precisamente la escritura (o la traducción) es contemporánea y pasa fácil.
      En cuanto a Dosto… me adelanté a vosotros! El sábado adquirí Los Karamazov… ya lo tenía en cola desde tiempos inmemoriales. Me gusta el ruso..
      Balzac también, Stendhal solo he leído el rojo y el negro y tuve que dejarlo por la mitad porque me entraron ganas de hostiar a la tonta del culo esa. Tolstoi es demasiado histriónico (o por lo menos es la sensación que guardo de Ana Karenina, debería arremeter de nuevo y ver cómo me sienta ahora). Tengo «humo» presente como bien recomendaste… espero poder leerlo en esta vida y a poder ser antes de mi jubilación! Un abrazo Griselda, siempre tu candela!

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      1. Avatar de cenizasdeaurora
        cenizasdeaurora dice:

        Gracias por ser mi Candela 🥰 Me cuentas cómo te va con Dostoievski, lo leí hace millones de años, no sé cómo me caería ahora. Mi preferido era Crimen y castigo que me destruyó completamente, hay pasajes que todavía recuerdo. Me cuentas.

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      2. Avatar de elrefugiodelasceta
        elrefugiodelasceta dice:

        Y tú, Graciela, grácil damisela! Dostoievski es… dostoievski. Me tiene atrapada incluso esas partes que no me atrapan porque en cada linea hay un fragmento de personaje que me recuerda a alguien en la vida real. Supongo que por eso es un autor clásico, de los que no pasan de moda nunca (creo que este fue uno de los primeros posts que comenté en tu web): Es un crimen y merece un castigo pasar por esta vida sin haber leído «crimen y castigo». Un besito de luz, Candela.

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