Por fin explotó el quiste de pus y mierda. Así es. Ni uno, ni seis ni ocho. Cuatro, un cuatrazo como un piano. Y me pregunto, no sin sorpresa, ¿Cómo es posible no haberme dado cuenta con todos los años que llevo observándome? Si es que, joder, aparece hasta en mi carta natal con quirón en la casa 7 y el subtipo con un ascendente escorpio con marte y saturno en la cúspide. ¡Venga, nena, suma sigue! Y aquí estoy, identificándome de nuevo… hostias.
He descubierto que me encanta el boxeo y zurrarle a alguien. Me alivia muchísimo. Aunque también me gusta el baile, la estética del movimiento libre. Adoro escribir, me encantaría volver a tocar el piano pues se me antoja como un método de expresión sin palabras que encarcela menos que la mente pensante. Soy incapaz de pintar aunque me parece una buena manera de liberar el inconsciente. Expresión, expresión y más expresión.
Ahí está la neura del cuatro: la búsqueda de uno mismo, de su individualidad, el «yo, mí, me, conmigo». Si nunca me resonó el egotípico cuatro es porque se explica como el ojete, pero como el culo de los culos. Obviamente, cuando uno está dentro de su neura, no puede observarla desde fuera y eso que dicen «El que quiere ser especial» no se percibe como tal porque el personaje no permite verse desde ese punto, sería como aceptar que uno está siendo egocéntrico y eso, jamás de los jamases. Cuando estás dentro de tu película ves las cosas desde la explicación racional de tu película y, por lo tanto, eres absolutamente incapaz de verte.
Yo no me vivo desde «el quiero ser especial», pues en superficie hay un sinfín de velos que nublan esa verdad y mucho ruido mental que trata de explicar, racionalizar, pensar, dar significación, hallar respuestas lógicas a cosas que, quizás, si la tienen no se puede comprender con la mente.
Yo me vivo desde la comparación inconsciente que se camufla bajo el JUICIO y la CRÍTICA. El eco de esta crítica (se le llama cortar cabezas) es la profunda sensación de ser menos que los demás. Menos inteligente, menos atractiva, menos joven, menos de cualquier cosa. La fijación está en LO QUE NO TENGO, EN LA CARENCIA. A esto se le llama la «FALSA CARENCIA» y es una fijación que se enfoca en todo aquello que no se tiene o que no se es. Obviamente, el mundo está lleno de lo que no se tiene/es y los aspectos que uno sí tiene/es, quedan en la sombra siendo imperceptibles.
Mecanismo curioso y muy retorcido ante el sentirse menos y LA REACCIÓN EGOICA:
El EGO contraataca y necesita sentirse más: «Yo soy más…». Puesto que, inconscientemente me siento menos, entonces se pone en marcha un curioso mecanismo cuyo objetivo es REBAJAR al otro. Me fijo entonces en aquello que el otro no tiene o sencillamente atajo con un «seguro que es gilipollas», y me quedo tan ancha. A esto último creo que se lo ha bautizado como el «cortar cabezas». Desde este atajo me protejo, desprecio al prójimo y ni siquiera le presto la atención que debería. Desde este punto también estoy siendo evitativa con lo que realmente estoy sintiendo porque ¿A quién le gusta sentirse vulnerable, pequeño e insignificante? Y más aún ¿A quién le gusta hurgar en la herida?
Las personas que me provocan una reacción (por suerte son cada vez menos) es que algo tienen que yo no quiero ver en mí. Se me resistían aquellas que, como yo, se sienten diminutas y necesitan sobre explicar lo mucho que saben para hacerse valer por lo que saben o reforzar la idea de «son» a través de lo que saben. Yo misma peco de esto último y desmantelando la falsa sensación de seguridad que proviene del conocimiento me hallo ahora mismo.
Y sí, escribo, escribo y vuelvo a escribir explicando para que otros no estén tan perdidos. Lo lanzo al universo, como de costumbre y que llegue a quien le tenga que llegar. También me dedico a acompañar procesos porque lo mío me ha costado verme el trasero y esto no habría sido posible sin la ayuda de mis acompañantes que me prestaron sus ojos para llegar a verme con los míos. Me dejaron la paciencia, el amor y la compasión que yo no tenía conmigo misma hasta que puedo hallarlos dentro de mí. Ahora es mi turno ponerme al servicio así sea con estos escritos o con los procesos de acompañamiento. Todo está donde tiene que estar y es como tiene que ser.
Por cierto, hacer un test de eneagrama es una absurdidad porque la belleza y el valor de esta herramienta reside en irse conociendo a través de la autoexploración. Esto no va de una fórmula para desactivar el ego, eso es imposible pues todo tiene un proceso de creación y también de destrucción. Hay que procesar, digerir, integrar y reconstruir. Y duele de cojones.
ANTÍDOTO PARA EL 4 (HASTA DONDE HE PODIDO LLEGAR)
Ser capaces de percibirse desde fuera desde la objetividad. Encarnar la figura del observador. Fácil de decir. Te hablan de ecuanimidad, de observar, de bla bla bla. ¿Cómo coño se hace eso?
1. PACIENCIA con uno mismo. Ni Roma se construyó en un día, ni tú has llegado a estar donde estás en una noche. Hay que recorrer el camino inverso y desandar lo andado. Para deshacer patrones y reacciones primero hay que tomar consciencia de los mismos.
2. El tomar consciencia implica observar sin juicio. Nada está bien, ni mal, sino que sencillamente está. Se observa desde la meditación y desde lo que sí se puede percibir. Al principio serán cosas obvias como las emociones que nos asolan. Es la primera capa. Después hay que preguntarse…¿Qué esconde esta emoción? ¿De qué me protege esta emoción? ¿Para qué aparece esta emoción?
3. Observar patrones, especialmente el diálogo interno que mantenemos con nosotros mismos. ¿Qué nos explicamos?¿Cómo nos tratamos?
4. Observar el juicio y la crítica y preguntarse qué es lo que esconden. ¿Es posible que haya gente que no critique y no juzgue? Yo siempre he pensado que es deporte nacional aunque ahora comprendo que es el lugar desde donde yo vivo la realidad. No sé si es posible no juzgar, pero eso no importa.
5. Date cuenta de tu pérdida de poder. ¿Dónde estás enfocando la atención? Allí es donde estás poniendo la energía. Si me comparo, estoy poniendo el foco fuera, estoy perdiendo fuelle interno. Tengo fugas energéticas y grietas por donde se cuelan todo tipo de mierdas así sean energías de baja calibración o parásitos del tipo que sea.
6. La ecuanimidad se cultiva a través de integrar las polaridades. Es decir, lo que hay tiene su cara opuesta. Todo lo que expresamos tiene su reverso y todos somos todo. No estamos fragmentados, pero solo nos hemos entrenado para ver una parte de nosotros. La otra ha quedado relegada a la sombra y está bajo energía potencial. El ego distribuye la energía de tal forma a que hay muchísimos recursos destinados a la fragmentación que tratan de evitar la integración pues si nos integramos, el personaje se diluye y puede desaparecer.
Ejemplos:
La impulsividad tiene la otra cara de la moneda que es la reflexión y la calma.
La agresividad se contrasta con la docilidad.
La independencia con la dependencia.
Observar cómo se manifiestan en nuestra vida es la clave para hacer consciente la sombra e integrarse. Si me vivio como individuo súper independiente, puedo estar segura que existe la dependencia con la intensidad inversamente proporcional a la de la independencia.
Dejo algunos vídeos de altísimo valor aunque si has llegado hasta mi página seguro que ya los conoces. Obvio a Borja Vilaseca por la parodia que hace de los cuatro y por lo cual jamás me identifiqué con ninguno de ellos.
2 comentarios en “Eneatipo 4 sexual o transmisor: ¿Desde dónde se mueve? El odio, la envidia y el profundo sentimiento de ser malo, no merecer amor por no saber amar. Profunda sensación de insuficiencia, de carencia y la búsqueda desaforada de lo que está mal en uno mismo.”
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