El Tarot y el inconsciente: Desmitificando¿Cómo llegar hasta el fondo de uno mismo? Lo dijo C.Gustav Jung

Cayó entre mis manos un manual de interpretación de las cartas del tarot hará más de un año, mientras buscaba alguna de mis múltiples freakadas de psicología, eneagrama o espiritualidad. En vez de lo mío encontré lo de otro. Firme creyente en que la vida manda aquello que uno necesita a partir del momento en que se es capaz de sostener dicho aprendizaje, ojeé el libro sin demasiado entusiasmo olvidándolo en la mesilla de noche de la memoria. No era el momento de indagar en esoterismos, pues debía de encontrarme en algún punto perdida entre «pitos y va de remos», remando entre pitos y flautas, en el Mediterráneo, aislada o… a saber.

No me llamó la atención entonces porque mi lógica y racionalidad se alzaban como las torres del emperador. Primero había que derribar resistencias, capas de coraza o de cebolla no porque hicieran llorar, sino porque apestaban. Segundo, tendría que descubrir el poder de la mente. Tercero, habría de querer trascenderlo. «Sí quería, sí quiero, siempre de manera obsesiva y compulsiva».

Hará un par de pares de semanas que el universo anda revolucionado mandando señales en todas las direcciones y no, no soy consumidora de estupefacientes, al contrario, milito en contra. En una de esas, me cruzó, el universo, con un blog que nada tenía que ver con adivinación, brujería y menesteres de la suerte, pero me gustó el contenido así que fui haciendo lo que siempre hago, leer y comentar si me percute el alma.

Unos días más tarde, se empezaron a describir una por una las cartas y, claro, se me encendió aquella luz del final del túnel. Desempolvé el libro y le puse mente a las manos para indagar, huelga decir que fervorosamente. Compré una baraja la cual llega hoy y ¡a estudiar!

Después del choque cósmico que me atañó hace exactamente un mes tanto a nivel físico como mental, empezaron a materializarse llamadas de atención a diestra y siniestra siendo el tarot una de esas señales que muestran el camino de la sanación propia a través de la apertura de las puertas de la percepción.

Se me van confirmando sospechas desde que, a través de la terapia psicológica, voy comprobando el inimaginable peso de nuestro inconsciente sobre nuestras emociones, sentimientos y, por lo tanto, la repercusión del mismo sobre nuestras decisiones, gustos y predilecciones. ¿Somos libres? Eeeeeeesa es la cuestión. Cuánto más se profundiza, más se hacen patentes las ataduras que nos hacen ser y hacer. El problema de las mismas es que operan subrepticiamente y, al estar escondidas y liadas entre ellas, como los hilos de los cargadores que siempre terminarán en enredo, desenmarañar a un nivel inmaterial se hace todavía más complicado por no decir misión imposible. No creo que el ideal de libertad sea alcanzable. No lo es por la parte física pues estamos supeditados a unas necesidades dictadas por la biología. La parte mental es otro cantar aunque los caminos del ego sean cada vez más tortuosos. Cuanto más te limpias, podas, te moldeas y te destruyes, más fino y perspicaz se vuelve el hijo de puta y, por lo tanto, más inventivos tenemos que volvernos para despertar la conciencia y, así, iluminar la sombra.

Realmente el tarot es una manera de acceder a este inconsciente que nos subyuga, pero se ha ido tergiversando y utilizando con fines adivinatorios que distan muy mucho de lo que realmente debería ser: una potentísima llave de acceso a nuestra mente.

¿QUÉ ES?

Como principiante absoluta, solo puedo hablar de aquello que he empezado a observar. Lo comparto porque si no, no tendría sentido. Nada de lo que hacemos en esta vida lo tendría si el objetivo no fuese el crecimiento propio y ajeno.

Es papel, pintura y sabiduría ancestral basada en una serie de símbolos, unos arquetipos, unas representaciones que para cada uno tienen un significado y una lectura. Lo que representa una madre para un individuo A es diferente para B. Así con todo.
Estos símbolos ya los dio a conocer C.G. Jung.
Una carta, la misma para todos, representa la realidad neutra, pero cada uno la interpretará en función de él mismo dando paso a la trillada frase de «Como es dentro, es afuera». Uno ve aquello que su filtro de realidad le permite o incita a ver. Una persona inocente, verá la inocencia en los demás. El que desconfía, desconfía de sí mismo, el que es celoso esconde la traición, etc. El que acusa al prójimo dice más de sí que del otro. Los conceptos se afianzan y se expanden.

No creo que sea posible adivinar pero sí, sin embargo, es posible inferir el futuro por puro desarrollo de la intuición que se crea desde un aprendizaje inconsciente. El «esto ya lo he vivido» o bien «no sé qué tiene pero me hace desconfiar», se trata de haber almacenado patrones de repetición en el inconsciente. En el tarot se puede utilizar este inconsciente y no solo, sino que se puede afinar y desarrollar. Por lo tanto, lejos de tener dotes adivinatorias, se trataría más bien de capacidades observatorias y predictivas.

El camino de iniciación en el tarot empieza con una finalidad clara: conocerse a sí mismo. Para ello, son necesarias horas de estudio, de observación, de meditación, de conexión con uno mismo. Solo con el hecho de estudiar, uno ya está sanando. Es realmente increíble la sensación mental que se tiene por el hecho de transitar a través de todos los símbolos.

Una vez se ha aprendido a regular la información arquetípica y se ha practicado con la lectura sobre sí mismo, es justo compartir y devolver esta consciencia a los demás. Este aprendizaje, igual que tantos otros, deberá ser devuelto, donado al universo bajo otra forma. De nuevo, el principio es uno mismo, el arcano cero, el final es el mundo, devolverse al mundo uno mismo. Asi ocurre con la energía que nos materializa. La vida es un tránsito en el que aprendemos, comprendemos y damos hasta que nos sumimos de nuevo en la inmaterialidad y entonces volvemos a ser amor.

Al final todos los caminos conducen a Roma, sea por una carretera u otra, el objetivo será siempre el de arrojar más luz primero hacia uno mismo y después, con el brillo residual, iremos alumbrando el camino de otros. Para ello, la humanidad ha desarrollado a lo largo de su extensa historia métodos para penetrar este inconsciente, materializarlo, desenmascararlo.

Ahora toma la forma de cartas, pero la escritura, la pintura, el teatro, el juego, la meditación, las artes marciales y tantas otras cosas que todavía no sé y probablemente me faltarían vidas para conocer. El caso es que la sanación se abre paso a través del tarot, y tampoco me extraña nada que sea a través de esta vía porque nada ni nadie llega por casualidad.

Ni Dios juega a los dados, ni las casualidades pueden sucederse de igual modo sin ser causalidades. Que cada cual piense y sienta lo que tenga que sentir.

4 comentarios en “El Tarot y el inconsciente: Desmitificando¿Cómo llegar hasta el fondo de uno mismo? Lo dijo C.Gustav Jung

  1. Mantenlo Simple dice:

    Ni creo que una mente humana sin iniciación sería capaz de formular un sistema simbólico tan rico, atemporal e intrincado como el Tarot.

    «En una de esas, me cruzó, el universo, con un blog que nada tenía que ver con adivinación, brujería y menesteres de la suerte, pero me gustó el contenido así que fui haciendo lo que siempre hago, leer y comentar si me percute el alma. […] Unos días más tarde, se empezaron a describir una por una las cartas y, claro, se me encendió aquella luz del final del túnel.». (Me di por aludido… ¿será que sí o es solo idea mía…?) 🙂

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    1. elrefugiodelasceta dice:

      Buenas! Sí, perdona, no me di cuenta de que no te había contestado! Por supuesto que te diste por aludido pues tu blog fue el orquestador y desencadenante de mi nuevo propósito. Así que animo a todo aquel que lea esto que se pase por tu casa y disfrute del mismo modo en que lo hago de tus artículos. Millón de gracias! Un abrazo!

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