La autoestima: ¿Qué es?¿Para qué sirve? ¿Cómo se planta? ¿Cómo se cultiva?

«Un hombre no puede estar cómodo sin su propia aprobación»
– Mark Twain –

Está de moda la autoestima: «quiérete», «cuídate», «respétate», «sé fiel a ti mismo»… y todos esos mensajes que parecen banners para vender más y mejor. Seguimos sin saber lo que es la autoestima que, como la felicidad, es una búsqueda sin encuentro porque gracias a ese mapa del tesoro funciona la enorme maquinaria consumista. Si compras… serás feliz. Si consumes… tendrás autoestima porque «tú lo vales», «quiérete mucho» bla bla bla.

Cuando el cultivo de la autoestima es dirigida por bienes y servicios, cuando nos centramos en perseguir productos, es una obviedad señalar que no estamos cultivando una autoestima, sino más dependencia.

Autoestima no es darse besos mientras uno se mira en el espejo exclamando «porque me lo merezco», tampoco es ensalzar esas buenas cosas que todos tenemos ni tampoco lo es engrandar y enorgullecer al ego, al personaje, haciéndolo más significativo y aplastante.

La autoestima no proviene de una emoción o de un sentimiento, sino de una determinación pensada. Es la decisión de tomar las riendas de la propia vida, no dejarse amedrentar por nadie, no depender de nadie. Es la decisión diaria de abrazar al ser humano que somos y que, a pesar de lo que estamos viendo en nosotros y, precisamente por ese pesar, perdonar todo cuanto (nos) hemos hecho, aceptar que no supimos hacerlo mejor y poner el contador a cero para empezar a revivir desde un nuevo «yo» más aceptado, menos fragmentado, más consciente.

Autoestima es no permitir que nadie pueda alterar la opinión que tenemos de nosotros mismos, no depender de la mirada ajena ni de ningún factor externo. La autoestima se convierte en la capacidad de defendernos de aquellos que quieran abusar de nosotros, hacernos daño, aprovecharse de nuestra buena fe, de nuestro dolor, de nuestras creencias.

La autoestima obliga, por lo tanto, a vivir de manera despierta. Consciente de uno mismo, de nuestras heridas, de nuestras debilidades, de lo que nos hace bien y de lo que nos lastima aceptando ese combo como parte de una sola unidad. La autoestima se genera remendando los agujeros que llevamos por el uso y el abuso, recomponiendo los retales de lo que también somos sin olvidar incluir ninguna pieza así esté desgastada o sea menos vistosa. Somos lo que se ve y también aquello que no se ve. Somos una cosa y, a veces, todo su contrario, somos acción y reacción y esa reacción debe ser observada en este experimento llamado vida y saber qué elementos nos la disparan.

Se empieza a construir la autoestima desde el conocimiento de uno mismo y no hay ni bien ni servicio que tenga la fórmula mágica para plantar esa semilla. De hecho, no se necesita nada más de lo que ya tenemos que es un cerebro, paciencia, amor, comprensión y tranquilidad. Es un trabajo diario en el que la asertividad juega un rol crucial.

Aprender a decir que «no» a todos aquellos a los que hay que decirles que no es un plato de cocción lenta y pesado de digerir, pero para preparar el organismo hay que comenzar a tomar decisiones que a corto plazo no son placenteras, pero que a medio y largo plazo van a ser buenas para nosotros.

Hay que dejar de guiar la vida desde el placer a corto plazo, de lo apetecible y comenzar a funcionar desde una lógica racional trabajando para el largo plazo y eligiendo aquellas condiciones que nos van a hacer felices y van a mantener nuestra calidad de vida.

Es necesario aprender a ver la realidad por lo que es y no por lo que nos gustaría que fuera porque no hay nadie sobre la faz de la tierra otro que nosotros mismos que tenga la capacidad de redimirnos, perdonar nuestras ofensas, curar nuestras heridas y ser depositario de nuestra confianza. Nadie.

Tenemos que convertirnos en personas trabajando para sí mismas poniendo todo de su propio lado para un crecimiento individual. Nos convertimos en seguidores de nosotros mismos, fans, partidarios de nuestro bienestar y nada de lo que ocurra fuera nos alejará de nosotros mismos y sabremos decir que no. No a todos aquellos que vienen a desviarnos de nuestro propósito de vida, nuestros objetivos, esos que están trazados por nosotros, por lo que sentimos que hemos venido a hacer a esta vida.

No permitir que nadie nos altere: «Estoy alterado». Que ese alter, ese otro, no sea capaz de dirigirnos cual marioneta, que no sea capaz de tirar de los hilos porque no habrá hilos de los que tirar. Eso es la libertad.

La libertad es conseguir desprenderse de todas esas programaciones individuales y sociales que han limitado nuestra capacidad de acción reemplanzándola por reacción y achicado nuestro margen de autonomía y que, pensando que teníamos vida, vimos que no era vida interna, sino algo meramente biológico.

Espero que sirva el llamamiento a filas, yo lo necesitaba.

12 comentarios en “La autoestima: ¿Qué es?¿Para qué sirve? ¿Cómo se planta? ¿Cómo se cultiva?

  1. Avatar de beauseant
    beauseant dice:

    El problema es que eso que has propuesto aquí es un camino, un camino muy largo, con baches, con tramos que no llevan a parte alguna y te obligan a volver por donde has venido… y las personas, la mayoría, no quieren eso, quieren una frase cuqui que poner en una taza, cuatro consignas estúpidas en un libro y seguir creyéndose especiales…

    Y encima, del puñetero camino ese nadie te asegura que vuelvas con algo entre las manos.. me quedo con la taza 🙂

    Le gusta a 1 persona

    1. Avatar de elrefugiodelasceta
      elrefugiodelasceta dice:

      Pues sí, es un camino, largo y duro porque es que estamos tan perdidos… peeeeero a pesar de la tacita cuqui (que yo también tengo) puedes caminar hasta llegar donde llegues. No hay que ir a parte alguna tan solo empezar a andar sin prisas, explorar sin otro objetivo que el de la curiosidad felina. Qué más te da si no hay nada que perder? Ni siquiera el tiempo porque de todas maneras este es un camino como cualquier otro. No duele, al contrario, no implica nada más que aprender a ser y a escucharse. Ale, inventa una frase cuqui con esto para decorar la nueva taza.

      Me gusta

  2. Avatar de cenizasdeaurora
    cenizasdeaurora dice:

    Es, como dices, algo pensado, un pensamiento activo, inteligente y mesurado. Tampoco estoy de acuerdo con la tendencia de estar dándose besitos y queriéndose a lo loco. Los besitos hay que merecerlos, incluso si se los da uno mismo. La autoestima va de la mano del fortalecimiento del carácter y de la curacion o al menos superacion de traumas. Yo tenía una alumna, muy hermosa y capaz que se creía fea e incapaz. Había sido golpeada y abusada verbalmente por su padre toda la vida, hasta adulta. El maldito le había acabado de amor a sí misma al punto de mirarse en el espejo y no ver la su real belleza. Es un concepto que hay que reflexionar sobre él y construir, y tener las alarmas encendidas para defender tu valor. Gracias, por hacernos pensar.

    Me gusta

Replica a cenizasdeaurora Cancelar la respuesta