Sabía que sería diferente porque yo estaba diferente. Por fin y por primera vez, pude sostener la mirada, pero no desde el descaro, sino desde la seguridad. Ya no tenía vergüenza de mostrarme o dejar que me escudriñara el alma, ya no tenía que esconderme de nadie, especialmente de mí misma. Ya me partí y me parieron de nuevo. Me hice adulta y mujer en menos de un día. Crecimiento de cimientos acelerado.
Allí estábamos de nuevo. Tan solo había pasado una semana desde que picamos a la puerta de aquella morada que solo se quiso entreabrir temiendo la vinculación. No quedó nada de todo eso tras el derrumbe. Ser conscientes de nuestra vulnerabilidad y abrazarla nos hace, paradójicamente, más fuertes, más enteros y no hay avance posible si uno no se abre y se muestra frágil. Ya no me obligo a aparentar dureza, ya no niego las lágrimas, el dolor o la soledad. Ya no temo la mirada profunda ni las preguntas que me contradicen. No hablo desde la idea, sino desde la vivencia aceptando que sí, somos contradictorios, duales, polifacéticos. A veces reímos, con unos lloramos, con otros nos encabronamos, hay días en los que la broma sin sangre entra y otros en los que ni con hemorragia. Está bien y es liberador.
La mirada ajena nos hace existir. Es una afirmación que he podido comprobar y ante la que me rendí. Sí, existimos porque los demás nos ven. Si nadie puede atestiguar de nuestra presencia, no somos, no estamos más que para nosotros mismos, por eso supongo que la soledad es tan devastadora.
Siento. Lo siento. La brújula interna siempre estuvo ahí, el cuerpo habló en múltiples ocasiones, por no decir que lo hizo siempre, pero nunca quise escuchar porque «no era científico». Pues ahora me da igual si lo es o no lo es. Si se siente es porque hay algo que nos quiere comunicar. La sabiduría del ser se transmite de generación en generación, está profundamente anclada en los genes, nos ha permitido sobrevivir y llegar hasta aquí, ¿Qué más ciencia que esa se necesita? Los «por qués» son un cáncer de la mente.
Pena y rabia. Odio a veces por negar la evidencia. Enfurecimiento por dejar entrar virus y bacterias cuando el cuerpo siempre avisó con tensión y miedo. Esto es lo que realmente duele, haber sido poseedor de tal sabiduría y haberse negado a escucharla. Tantos años deambulando por el mundo, tanto tiempo perdido entre lechos y mil leches, hostiazos de campeonato, derrumbes, destrucción masiva, bombas atómicas, radioactividad, eso es lo que realmente duele.
Intentando esconderse de la mirada ajena, intentando desaparecer, no dejar testimonio, apocarse, mermarse a uno mismo, encerrarse, infravalorándose… de repente la flor se abre y explotan el color y el aroma y aquella mirada de ángel que se posa sobre ti y tú la devuelves desde la contemplación de una belleza que no pasó desapercibida, mas nunca la percibiste con esta intensidad en su forma y apenas rozaste el principio del fondo.
Las emociones sí son mías aunque creyera que no. Rompí el hilo que me unía a ellas por miedo.
NICE POST 💚💓💖
Happy an Blessed Saturday 🌞🌈
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«haber sido poseedor de tal sabiduría y haberse negado a escucharla»… Como el ave Fénix, resurgir las cenizas las veces que haga falta hasta escuchar de verdad lo que hay dentro. Feliz renacimiento:) Te leo y te veo🌱
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Un abrazo de corazón.
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Otro para ti💚
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👏👏👏
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Que profundidad tiene este texto. Toda la sociedad está hecha para separarnos de nosotros mismos y nuestras percepciones, cuándo la única guía real para vivir con plenitud es escucharnos en todos los niveles. Abrazos
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Hanna, preciosa, sí. Por desgracia nos alejamos de nosotros mismos. No le pasa a todo el mundo solo a aquellos que sobrepensamos y utilizamos demasiado la cabeza en vez de confiar más en el cuerpo. Supongo que es fruto de la deformación egoica y si no se soluciona, nuestra mayor herramienta, la mente, se vuelve también la más disfuncional. Yo estoy (re)aprendiendo a escuchar al cuerpo, pero este es mi camino, cada cual tendrá el suyo. Abrazos de vuelta + un beso.
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Cada cuál tiene su aprendizaje y su camino, me veo muy reflejada en este escrito porque mi mente siempre ha tendido a llevar los mandos, sin dejar expresarse al resto del cuerpo, ahora empieza a acostumbrarse a ceder el mando. Abrazos
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Lo sé, hace el suficiente tiempo que te leo como para verte. No es una mera proyección es que te leo, te veo entre líneas. Conecta con la tripa y serás invencible y si no sabes cómo dilo que comparto lo que a mí me ha hecho liberarme. Después de casi 40 años, no está mal para empezar. JAJAJAJA! Abrazos!
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