¿Habéis experimentado lo que es una fiesta de locos? El sábado estuve en una. Excepcional. Una experiencia muy grata que me conectó con mi propia demencia.
Me senté en el centro de la sala a observar a los enajenados, sin sentirme parte de aquel desfile, claro, porque yo no estoy loca. Al verme sola se me acercaban lunáticos y trastornados, mas tomé la determinación de hacer caso omiso a todo el oleaje de demandas de atención.
-¿Quieres jugar conmigo?, me dijo una mujer con voz de niña
Desvié la mirada y la fijé en el horizonte. Un soldadito de plomo se paseaba firme, una mujer hermosa que explotaba su feminidad trataba de seducir a titirimundi gracias a la ayuda de una pizarra a modo de pole, una sabihonda vino a decirme autoritariamente que la manera en la que estaba sentada podía influir gravemente en mi circulación. Me levanté del suelo y todavía vinieron más chalados a buscarme.
-tres por dos…¿Sabes cuánto son tres por dos? El cálculo mental se me da fatal. Voy a seguir calculando.
Se acercaron a pedirme abrazos y yo, impasible, me mantuve sobre la cuerda floja de una cordura que aflojaba por segundos. Todo eran demandas de atención externas. «Yo, yo, yo»
Sentí un avasallamiento insostenible y exploté. Un volcán de ira, furia y rabia se adueñó de mí. La lava provenía de lo más profundo de mis entrañas, de la infancia, de la represión, de los «¡cállate!», de los «haz o no hagas», de los despechos, desprecios, omisiones, ignorancias, de ser una pelota de ping ball en medio de toda aquella gente que se me iba pasando de mano en mano como si yo fuera inexistente. Y cuando empecé a expresarme me callaron con el dedo porque molestaba, porque mi presencia molestaba a aquellos que estaban acostumbrados a ningunearme porque: «los niños pequeños no sienten ni piensan ni tienen voz, ni voto».
Sentí el odio correr por mis venas y un alarido de dolor me dobló por la mitad y me desgarró la tripa. Grité, grité como si estuviera poseída por el demonio. Mis puños empezaron a repartir unos golpes de fuerza desmedida. Perdí los papeles, me desquicié. Me desgañité y salió de mi vientre un monstruo que finalmente tomó forma. Vomité una masa deforme, negra que se alzó delante de mí. Solo yo podía verla. Me miraba desde lo alto con sus dos ojos rojos como puñales. Esbozó una sonrisa de satisfacción al verme doblegada ante él.
-No te vas a poder desprender de mí, yo soy tú y lo sabes.
Seguí gritando y llorando y hostiando todo lo que estaba a mi alcance hasta que una mano amiga y dulce se posó sobre la parte baja de mi espalda y tomé contacto con la realidad.
-No estás sola.
Sus ojos, llenos de compasión, me devolvieron la mía propia. No me avergoncé de mi odio, lo sigo teniendo y siento que debo estarle agradecida de haberme sacado de según qué lugares tenebrosos. Necesito que seamos amigos más que rivales porque tengo las de perder y ahora que me empiezan a rodearme personas hermosas, no quisiera herirlas con mi oscuro pasajero. Especialmente a él, un rayo de sol que me visita de vez en cuando, no quisiera ser la que desgracia su bondad como tantas veces he hecho con otros. Me siento culpable de llevar este fardo de ira y no haberlo visto antes.
Así en aquel frenopático me di cuenta de cómo percibo la vida, como si todo lo que me rodeara cogiera una fuerza que me achica. Y yo, obligada a quedarme callada en medio de la sala mientras la gente viene a pedirme cosas, no puedo atenderme a mí misma. Así, para hacerme un hueco he tenido que aprender a hacerlo a hostias y sacando toda la fuerza y la ira que tengo dentro.
Si no te puedes hacer un lugar, hay que tomarlo a hostias. Ese es el lema que tengo, solo que no lo sabía
Son más simpáticos los gatos que te encuentras en el camino de los pueblos olvidados que la jauría de inconsciencia festiva de este fin de semana. Sueñalos como lo que son y no podrán contigo.
Bonitos sueños.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Bueno… son dos cosas completamente diferentes aunque la una guarda relación con la otra… tiene sentido! Eso de soñar… no va conmigo, nunca me acuerdo de los sueños a menos que sean pesadillas y me va bien así. Un saludo!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Mejor no recordar nada que te persigan los fantasmas cuando estás lúcida. Vivir, vamos a tener
Me gustaLe gusta a 1 persona
Me quedé sin cobertura y Jetpack decidió enviar el comentario. XD. Eso es una señal. Aún así lo que decía es que debemos vivir lo bueno y lo malo, al menos para hacernos más fuertes. Que a veces la peor pesadilla ocurre y de pronto nos sentimos cómodos con ella.
Ataraxicos sueños. Y que despierten contigo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Lo bueno y lo malo, sí, forman parte del todo y ni siquiera es «bueno» o «malo»… solo es.
Me gustaLe gusta a 1 persona
🫂🫂
Me gustaLe gusta a 1 persona