Cuando se entra en un bucle de encadenar mala relación, tras relación abusiva, hay que mirar todo el historial. No es posible que incluso a distancia vayamos atrayendo a personajes esperpénticos. En el artículo llamado «Humano usado y abusado: Olemos todos a lo mismo y eso atrae. Características principales de las personas felpudo» se hacía la reflexión sobre la ley de atracción y resonancia sobre el porqué ciertas personas atraen a determinados perfiles y con el libro del Doctor Piñuel se ha confirmado.
Es habitual encontrar en las víctimas de los psicópatas, porque este es el tema clave del libro pero extrapolable a cualquier tipo de relación tóxica, una reiteración e insistencia en el patrón relacional. Suele ser habitual encontrar entre las víctimas, traumas relacionales tempranos de traición que las han anulado y dejado inermes para hacer frente o identificar a tiempo su pareja psicopática.
Experiencias de abuso infantil, físico, sexual o emocional, la violencia así commo proceder de familias disfuncionales con madres o padres (o cuidadores/ figuras de apego) psicológicamente indisponibles o emocionalmente fríos, abandónicos o manipuladores suelen encontrarse muy frecuentemente en el historial familiar de las víctimas de psicópatas.
Así, las personas van encadenando diferentes tipos de parejas tóxicas porque las principales figuras de apego no les prepararon para percibir la malevolencia o la mala intención o sencillamente no aprendieron a discernir aquellos que deseaban su bien o su mal. Eso los incapacitó para fiarse de sus propias percepciones, léase de su intuición, y aprendieron a desconfiar de ellos mismos.
La siguiente lista es meramente informativa, aunque a tener en cuenta si uno ya a estado inmerso en relaciones tóxicas. Un examen de conciencia obliga a tener en cuenta el porqué de nuestra baja autoestima e indagar en por qué personajes como estos son capaces de provocar en nosotros semejante devastación, como un huracán de fuerza cinco.
Un comentario más antes de pasar a las señales de alarma. Decir que NO IMPORTA si estás con un narcisista, un psicópata, un sociópata o un payaso. Si la persona despierta en ti sentimientos encontrados, confusión, malestar y que después de haberle explicado asertivamente cómo te sientes, hace caso omiso y sigue con sus fechorías, tienes que aprender a decir basta y salir de esa relación porque está siendo tóxica para ti. Eso es el amor a uno mismo. Aprender esto es tan básico y fundamental que ni siquiera se aprende, al ser humano normal le tiene que salir naturalmente y, sin embargo, algunos no disponemos de esa capacidad.
¿Cuáles son las 20 señales que tienen que disparar las alarmas?
- Simpatía y encanto superficial. Seducción y falsa imagen que ejerce un efecto de fascinación. Cada personaje adapta la imagen a su target de víctima por ello no es el tipo engominado e impoluto sino que depende de los objetivos estará camuflado bajo diferentes formas. La capacidad de encanto procede de una vivencia contraria, un autodesprecio y auto-odio profundo que explica la atracción que suscitan. Cuanto más fríos e indiferentes se muestran, mayor deseo mimético generan. La seducción que despliega el psicópata se basa en simular que posee un atractivo personal o ético que en realidad no posee.
- De repente, sois almas gemelas (almagemelización instantánea)
- Magnetismo emocional y sexual arrollador (inducción al trance sexual)
- Bombardeo de amor al principio (love bombing)
- Te culpa de todo o intenta hacerte sentir culpable castigándote y haciéndose el ofendido. Ignora toda la culpabilidad. Ausencia total de remordimientos o sentimiento de culpa. Ni se disculpa ni habla de manera asertiva. No se expresa desde la emoción porque no siente nada. Es castigador sabiendo muy bien lo que a ti te duele porque para eso ha estudiado tus abismos.
- Mentiras continuadas y agujeros negros en sus versiones: sensación de falta de coherencia, poca información referente a él o ella. No se expone.
- Contacto visual hipnótico
- Se muda a vivir contigo rápido
- Simula ser víctima. Se hace la víctima de sus víctimas (juego de la piedad o del victimismo). Alega tener miedo, pero el alegato es falso, se percibe en él un miedo irreal. Uno sabe lo que es el miedo y una vez se abre la caja de Pandora y sale, es imposible volver a meterlo dentro. Son siempre los demás los que le han maltratado, manipulado, controlado o traicionado. Por el mecanismo de proyección: «todos me traicionan» pasa a la agresión abierta y a la persecución de sus verdugos justificándolo todo en su justo y merecido sentimiento de devolvérsela.
- Doble personalidad (De. Jeckyll y Mr. Hyde)
- Frialdad y carencia de emociones (sizotimia)
- Mirada fría, vacía y sin alma («ojos reptilianos»)
- Arrogancia, orgullo, soberbia, dominancia (rabia, ira y agresividad si no se sale con la suya): esta fachada oculta una vulnerabilidad muy potente. La confrontación es lo único que puede hacerles retroceder. Por ello tiene predilección por los objetivos no confrontativos. Se siente totalmente incapaz de tener verdaderos amigos porque sus supuestas amistades son como sus parejas, personas que han caído en las redes de su manipulación. Nada es real. La amistad precisa de una apertura confiada, y de ofrecer un flanco débil pero temiendo que el otro pueda obtener una ventaja en forma de información utilizada en su contra más adelante, se calla y no se muestra. Es un mecanismo de proyección, teme que le hagan lo que él hace con los demás. Su propia patología le condena al infierno emocional de la soledad, ni tener a nadie cerca, ni compartir con nadie.
- Te descarta y te deja tirado «como a un perro», o incluso peor, friamente y sin alma, cuando ya no les sirves más (fase de desprecio y descarte). Sin explicaciones se va y tú te sientes peor que un perro. Le da igual absolutamente todo.
- Aburrimiento fácil (no perseveran en los trabajos, tareas, relaciones)
- Altos niveles de testosterona (especialmente relevante en piscópatas femeninas). Intensa sudoración aún en invierno, acumulación de grasa en zonas propias del varón, aspecto varonil.
- Estilo de vida parasitario (vive del esfuerzo, trabajo, dinero, emociones…) de los demás
- «Lágrimas de cocodrilo» (llanto sin lágrimas, lloriqueo en falsete, escenas teatrales, grandes aspavientos sin contenido emocional profundo real)
- Incapacidad total de comprender cómo funcionan tus emociones o cómo te sientes (ausencia total de empatía o estupidez emocional)
- Habilidad para manipular a los demás para que hagan lo que quieren.
MI SALIDA DE LA MANIPULACIÓN: por si te ayuda