Desintoxicación de feniletilamina: Hola, soy una adicta y no tenía ni idea.

Me he levantado en un mar de calma. La tranquilidad fluye, el sol brilla y huele a primavera. La conquista del nuevo mundo ha terminado y con ella la guerra también. No queda un ápice de lucha dentro de mí. Nada, de un día para el otro se volatilizaron el dolor, la incomprensión, la confusión y el altercado que uno tiene consigo mismo fruto de la disonancia cognitiva. Todo se fue con el huracán y no queda nada más que un profundo sosiego.

Por suerte, este tornado duró un suspiro y arrancó de cuajo las construcciones de cartón piedra que ya se habían erigido antes y que no estaban propiamente cimentadas. Eran endebles y esto brinda la nueva oportunidad de refundar desde la base anclada en una realidad sólida.

Me ha extrañado y alegrado observar que desde hace algún tiempo, justo tres semanas, duermo mejor. No tengo insomnio, tampoco ansiedad. Si bien he pasado por el túnel de un dolor inclasificable, una tortura ancestral e insondable escondida en el olvido, en el transcurso de una noche se esfumó como por arte de magia, lo cual indica que la herida subyace, sigue ahí, pero que fue deliberadamente excitada. Esa vulnerabilidad es la que tiene que ser sanada para evitar ser presa fácil. No hay mal que por bien no venga y quién no se consuela es porque no quiere.

Ahora, ya en reposo y lejos de todo, encuentro los efectos de la FENILETILAMINA un neurotransmisor y compuesto orgánico perteneciente a las anfetaminas y cuya activación produce un efecto aparentemente similar: puedes pasar días y noches enteras sin dormir, sin descansar y sin comer. Tiene sentido y se corresponde con mi experiencia. Básicamente he pasado dos meses y medio con un cuelgue brutal, un viaje apoteósico donde perdí seis kilos y llegué a dormir tres horas por noche. No, no estaba loca, estaba drogada.

La feniletilamina provoca una secreción de:

  • Dopamina:
    Neurotransmisor más importante del Sistema Nervioso Central (SNC) de los mamíferos que participa en la regulación de diversas funciones como la conducta motora, la emotividad y la afectividad así como en la comunicación neuroendócrina. La dopamina es la encargada del sistema de recompensa, que hace que tendamos a repetir los comportamientos que maximizan recompensas.
  • Norepinefrina:
    Puede tener el rol de neurotransmisor o de hormona. En el primer caso, su liberación produce un aumento del ritmo de las contracciones del corazón. En su segundo rol, es considerada una hormona del estrés y, por lo tanto, nos vuelve más atentos afectando a la amígdala cerebral y suscitando el impulso de huida incrementando directamente la frecuencia cardiaca. Desencadena la liberación de glucosa de las reservas de energía e incrementa el flujo sanguíneo hacia el músculo esquelético. Incrementa el suministro de oxígeno del cerebro.
  • Oxitocina
    Es la hormona del amor, de la calma y el contacto, sólo se libera cuando se dan estas condiciones. Una persona con altos niveles de oxitocina se sentirá más feliz.

Estas tres sustancias son las responsables del enamoramiento neurológico y un verdadero cóctel molotov. Es un efecto real y explica las causas de poder estar noches enteras sin dormir y sin sentir una gota de cansancio. La sensación de volverse loco es importante. Buf… qué marrón, no es lo que quería, pero sin darme cuenta me fui dejando absorber.

«En este momento de mi vida no quiero casi nada, tan solo la ternura de un amor y la gloriosa compañía de mis amigos. Unas cuantas carcajadas y unas palabras de cariño antes de irme a la cama.»

Creí tenerlo, pero no era ahí… todavía no es para mí, hay que arreglar y ajustar los interiores un poquito más. Seguimos manos a la obra con una sonrisa reencontrada y la tranquilidad de haber aprendido una valiosa lección sin la ayuda de nadie.

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