Los tres fragmentos internos: Las tres capas de profundidad del ser. Lo que decimos, lo que pensamos, lo que sentimos. La negación, la aceptación y la integración como base de la sanación.

«No me gusta (dice MariPaz mi ego) la dependencia por eso intento, en la medida de lo posible, hacer todo cuanto puedo sola. SOLA. SOLA. SOOOOOOOOLA» Hay que darle un poco de protagonismo, últimamente la siento pedigüeña, la pobre.

Este personaje, MariPaz, mi ego, es la base de casi cuarenta años de pesadumbre, de hostias monumentales, de decisiones kamikazes, de impulsos compulsivos con pulso imperturbable. Para protegerme y asegurar mi supervivencia, la muy cabrona (aunque agradecida le estoy) forjó una armadura de hierro a mi alrededor. Una construcción que, con el paso del tiempo, se ha ido oxidando impidiéndome el movimiento natural. A veces, me ha dado por hablar de caparazón de artrópodo, otras, de muralla o pared de hielo… da igual el nombre, hoy la bautizo como MariPaz. MariPaz es la respuesta protectora, reactiva, impulsiva, irreflexiva y automática de esa debilidad interna que cada cual sabe que tiene.

MariPaz me ha encajonado en situaciones absurdas que, la mayor parte del tiempo, han ocasionado más destrozos que arreglos. MariPaz no pide ayuda, ella, como Juan Palomo, se lo guisa, se lo come y se enorgullece de ello. Tanto en cuestiones de fuerza física, de maña, de pericia, de experiencia, como también psicológicas y mentales MariPaz ha tratado de ser autodidacta, médico de su honra, psicóloga de sus abismos, bombera de sus ardores, Satanás de sus infiernos y Diosa de sus paraísos. Hubiera precisado de un ojo externo que supervisara los mecanismos y las trampas de MariPaz, pero nadie me avisó de que un ser adherido a mí llevaba la batuta al mismo tiempo que se dejaba llevar por un monstruo más profundo al que ni siquiera ella conocía.

¿Qué hay de malo en necesitar? No hay nada malo, al menos lógicamente así opina una parte de mí un poco más madura y sin tanta armadura. Es normal tener necesidades afectivas, generar apego, querer encontrar un amor, hacer buenos amigos o querer buenos vículos en la familia. El conflicto interno no se genera con el razonamiento lógico, sino cuando asoma la creencia limitante implantada, desde vete a saber cuándo, en el inconsciente y que da a luz al orgullo y a la fiereza del «yo puedo con todo» dando paso a un sentimiento encontrado. Si pido ayuda, amor, cariño…es que soy vulnerable y MariPaz no lo tolera. La imagen que me construí ha estado errada prácticamente toda la vida y ha llevado a ese campo de batalla característico de la disonancia cognitiva donde uno se piensa de un determinado modo pero se siente de otro.

Empecé a bajarme del burro cuando me di cuenta, no sé exactamente por qué milagro, de este proceso de negación que me tenía acorralada y escindida entre lo que decía, lo que pensaba y lo que sentía. Una triada que, en vez de unirse afectivamente en un poliamoroso «ménage à trois», se repelía causando un descuartizamiento interno, una fragmentación que estaba acabando con cualquier lógica y cordura.

Ya fuera porque el sufrimiento se hizo insoportable o bien porque el universo envió las señales adecuadas en forma de eneagrama, esquizofrenia o enfermedad, encontré una manera sencilla de terminar con el escarnio. En ese punto nació la aceptación reparadora de abismos.

Se inició tímidamente el reconocimiento de que por una parte, la cara visible, está lo que se anuncia al mundo, en un segundo plano corre lo que se piensa y en un tercer plano mucho más profundo (y causante de la disonancia) baila a su ritmo lo que se siente. Y cuidado con el «sentir», que no todo sentir es real especialmente en las personalidades emocionales donde el «sentir» es una hiperplasia cancerígena que las acorrala en una centrifugación de esas emociones muchas veces construidas desde la mente y no pueden zafar de «aquello o aquel» que les despertó la emocionalidad.

La tercera capa suele estar embotada por años de omisión y su llamada se abre paso a través de un eco que oímos como un rumor de fondo. Ese susurro es el que guía nuestros pasos hacia las experiencias que tienen como objetivo desenterrar lo que realmente necesitamos y cuya respuesta se encuentra en esa terca y certera capa, en la cavernosas catacumbas de nuestro cerebro. Enterrada bajo vendajes egoicos para evitar exponer la profundidad de la herida, esta continua infectada y purulenta de la cual mana un pus que corroe nuestros afectos más básicos. El personaje se afana por cubrir el agujero, craso error pues nunca termina de curar si constantemente se tapa. El despertar espiritual es coger un bisturí y abrir un boquete que debe llevarnos hasta la fuente infectada. Para ello es necesario ser capaces de soportar el dolor sin anestesia, pero haber llegado a la conclusión que o nos curamos o morimos de asepsia.

Vagué treinta y seis años dando palos de ciego a diestro y siniestro, sintiendo, pensando y diciendo tres cosas diferentes y acrecentando cada vez más la distancia que separaba los tres fragmentos internos. MariPaz se creyó invencible y, acostumbradas a espabilarnos solas, nos formamos la imagen de independientes guerreras que no necesitan de nada ni a nadie. Sorteamos todos los obstáculos que íbamos encontrando por el camino, así que, al toparnos con puertas cerradas a cal y canto, hicimos caso omiso del cierre y, abanderando el axioma «nada es imposible» con tolerancia cero a la frustración y no aceptando una negativa por respuesta (todo debe ser dicho), abrimos la mayoría de ellas cayendo en los agujeros negros que detrás de las mismas aguardaban.

Me convertí en bolo alimenticio, en bola de billar, en carambola y carambano. Terminé siendo excretada por aquellas habitaciones del pánico deshabitadas. Deambulé por desiertos áridos y despoblados y me ahogué en torrenciales corrientes de ríos que me arrastraron hasta las profundidades marinas, páramos de agua salada. Hace poco fui sal de hada, de la que pica y escuece sobre los arañazos porque también soy corrosiva y tóxica cuando se establece una de esas relaciones de agua y aceite heterogéneas que queremos homogeneizar a toda costa. Bueno, es MariPaz la que lo quiere.

Así que con un par de pelotas, de ovarios, de cojones o de narices (a gusto del lector) he hecho cuanto ha estado a mi alcance para no depender y, para mi gran sorpresa, me convertí en dependiente. Ironías de la vida, la negación nos convierte en reos de aquello que rechazamos con el consiguiente autoengaño facilitado por nuestro mayor salvavidas: el ego.

Más que la piel de gallina, soy una gallina de piel que se estremece al ver todo el circo que se creó alrededor de esa terca y certera tercera capa profunda a la que solo se puede llegar con paciencia y aceptando que MariPaz también es «yo» y que la negación es una manera de obviar lo obvio. Los demás lo ven mientras tú intentas desviar la atención. Eso sí te hace vulnerable. La vulnerabilidad reconocida e integrada, por el contrario, permite la toma de conciencia, único camino real hacia la esencia y la Paz sin Mari.

11 comentarios en “Los tres fragmentos internos: Las tres capas de profundidad del ser. Lo que decimos, lo que pensamos, lo que sentimos. La negación, la aceptación y la integración como base de la sanación.

    1. Avatar de elrefugiodelasceta
      elrefugiodelasceta dice:

      Moly, gracias a ti por todo el acompañamiento en este proceso. De hecho es en parte gracias a vosotras que hay un nuevo florecimiento! Besotes a ti… todo tiene un ciclo, hay crecimiento, florecimiento, resplandor y fenecimiento. Y volvemos a empezar. Un coñazo, sin duda.

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    1. Avatar de elrefugiodelasceta
      elrefugiodelasceta dice:

      Bones! Moltes gràcies per comentar! Doncs… si, crec que la base és la por i per això es construeix l’ego, MariPaz i tots els seus mecanismes de defensa. Estic en plena indagació així que, de moment, només puc dir que això és el que he trobat. Veurem on em porta. Una abraçada!

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      1. Avatar de अनत्ता 光 心
        अनत्ता 光 心 dice:

        Després m’he quedat pensant per uns moments. Potser dir simplement «la por» és simplificar massa. Hi ha molts altres elements i factors i tu n’anomenes dos, per exemple: la vulnerabilitat i les ferides. Són dos temes fotuts, perquè crec que totes les persones arrastrem ambdues coses. Tots i totes, quan som petits i no tan petits, experimentem coses que ens causen dolor; percebem potser que no rebem l’amor suficient. Que el nostre pare i la nostra mare, tot i haver-nos estimat, potser no ho han fet prou o de la forma adequada. Això (crec que) és així. És extremadament fàcil tocar la vulnerabilitat d’un nen o una nena, fer (o no fer) o dir coses que li facin mal. Així que crec que «el que et passa» o el que experimentes o expliques és força comú i normal. Tots i totes arrastrem ferides, com dic, i aixequem barreres i resistències. I portem escuts i ens fem els durs o els freds o els invencibles o el que sigui. Jo també arrastro ferides i tot el pack. Potser el que digui que no està mentint, així que tot això és bastant normal i comú.
        Només ens queda acceptar-ho, veure-ho, il·luminar-ho i intentar sanar i tirar endavant.
        Una abraçada.

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      2. Avatar de elrefugiodelasceta
        elrefugiodelasceta dice:

        No sé si tothom té ferides, potser una minoria ha tingut la sort de tenir uns pares conscients que han fet la seva propia feina abans de tenir críos. És una qüestió de temps, de voluntat, de terapia, de mirar cap endins… la veritat sigui dita, la gran majoria arrosseguem ferides i per això ens protegim. Merci per destapar-te tu també, així no em sento tan sola!

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  1. Avatar de Tania Suárez Rodríguez
    Tania Suárez Rodríguez dice:

    Buenísima entrada y auto-análisis. Me encanta cómo lo has descrito y, supongo, no te sorprenderá que te diga que me veo reflejada en esa guerrera autosuficiente víctima de su propio relato que porta, orgullosa, la bandera de la independencia dependiente.

    Mi MariPaz no tiene nombre, aunque quizá le ponga uno para poder entenderme mejor con ella y así remangarnos las mangas juntas para hurgar en la mierda de nuestros pozos comunes.

    Echaba de menos leerte. Un abrazo enorme. 🤗 🥰

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    1. Avatar de elrefugiodelasceta
      elrefugiodelasceta dice:

      JAJAJAJA! No, no hace falta que me digas que podrías haberlo escrito tú. Viene siendo costumbre confundirnos la una con la otra así que… espero que halles respuestas a tus pesquisas en mis palabras y de igual modo seguro encontraré mi propia imagen en las tuyas.
      Lo de la mierda… jajajaja… vamos, mangas arriba esto es una cagada!
      Eres, sois, un regalo del cielo. Gracias, también tus escritos se echan de menos. A ver cuándo nos regalas alguna cosita, por tímida que sea. Besitos!

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